capitulo #4 (un desayuno especial)

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capítulo 4

Adriana despertó a la mañana siguiente, algo adolorida por la gran comida de anoche, su estómago aún permanecía con algo de hinchazón, se levantó y entonces fue al baño para, una vez allí, ella pensaba en lo sucedido del otro día, mientras se examinaba a sí misma en un espejo pensó: -supongo que ahora debo acostumbrarme a esto, no estaba en mis planes ser gorda. -

Tocándose su abultado vientre suspiro y dijo bastante deseosa: -solo espero que todo esto valga la pena. -

Marco interrumpió los pensamientos de Adriana, tocando la puerta del baño, (cosa que le dio un susto), mientras le dijo en un tono alegre: oye, te deje ropa limpia en tu cama para que te cambies, de que termines ven y búscame en la habitación amarilla que está a la izquierda.

Adriana le respondió: -De acuerdo allí estaré. -

Ya luego de cambiarse con la ropa que Marco le había dejado, fue hasta la habitación que este le había indicado. Ella entró a una habitación que era un gran comedor junto a una cocina, allí vio a Marco el cual estaba vestido con un atuendo especial de cocina y gorro de chef, al verla este le dijo: oh, ahí estás, buenos días, ¿Cómo despertaste?

A lo cual Adriana respondió a secas: -Buenos días, y supongo que bien. -

Adriana se percató que había varios platos, que Marco estaba preparando, seguramente eran todos para ella, de los cuales, este, parecía estar dando los últimos toques.

Entonces ella preguntó: - ¿y qué estás haciendo amo? .-

Marco sacando una bandeja del horno dijo: Ah, esto, pues, preparando tu desayuno especial.

Adriana: - un desayuno especial, ¿y exactamente qué tiene de especial?

Marco: pues, en realidad nada, solo es un desayuno ordinario, lo único que lo vuelve especial, es que, yo te lo hice para ti, con mucho cariño, vamos siéntate y come, que se enfría.

Adriana entonces obedeció y se sentó, Marco comenzó a servir, emparedados de queso tostado, panqueques con miel, un poco de tocino y por último brownies de chocolate acompañado todo esto con un refresco de frutas.

Ella se percató, que solo le ponía comida a ella, por lo que pregunto: Amo, ¿tú no vas a comer nada?

Marco en respuesta dijo: oh no, ¿Qué hora crees que es?, yo hace mucho que ya desayune, ahora te toca a ti.

Adriana algo burlona dijo: te gusta verme comer, no es cierto, parece que también tienes algo con eso.

Adriana comenzó a comer los emparedados mientras que Marco admitió: digamos que sí, si me gusta cuando comes, en especial como cuando lo hiciste ayer.

Adriana: Enserio, ¿así?

Adriana entonces reaccionó un tanto disgustada, Levantando la mirada hacia otra parte, pero se guardó su comentario diciendo: pues vaya, ya veo.

Marco noto aquella reacción por su parte y se sentó junto a ella y le dijo: que pasa, por qué hiciste ese gesto.

Adriana: ¿De qué está hablando amo?, yo no hice nada.

Marco: Humm.... Si, acabo de ver qué hiciste ese gesto.

Adriana: pero qué gesto, ¿de qué me habla?

Marco de manera seductora le dijo: sabes, yo a la hora de negociar, tengo que estudiar a la persona, y cuando a está algo no le gusta, hace ciertos gestos, Y eh aprendido a identificarlos.

Adriana: ah sí, como cuando estábamos allí en "el Hotel rojo", ahí tú hacías todo tipo de gestos.

Marco: si, bueno, digamos que estar ahí no fue nada agradable para mí.

Adriana: si lo note, era muy claro.

Marco: pero, no me cambies de tema, hay algo que a ti no te agrado al venir aquí, ¿dime?

Amo: recuerda que yo soy tu mascota, puedes hacerme lo que quieras y puedes confiar en mí.

Marco: cierto, pero recuerda que, yo soy el amo, yo soy quien manda, decidiré y que no.

Adriana: en ese caso hay una cosa que me gustaría.

Marco expectante dijo: pues bueno dime que ¿cosa es?

Adriana: pues que me pidas que lo hagamos, tengamos sexo de una vez.

Marco: No, no estoy, ni con el interés ni con las ganas, que te pasa que siempre insistes con eso.

(Marco fue a lavar los utensilios de la cocina)

Adriana: vamos que pasa, es que no le gusta eso, le incomoda, ¿qué pasa? ¡Oh, ya sé! eres un virgen y te incomoda pedirlo o tan siquiera pensarlo, de seguro.

Marco entonces caminó tranquilamente hacia dondeestaba sentada ella, con una mirada relajada, pero sería, tomó uno de losbrownies de chocolate y se lo metió en la boca entero a Adriana para callarla,y mientras le dijo: si tanto de urge tener sexo, come, llena tu vientrecon todo lo que te doy, crece hasta donde yo decida que eres perfecta, y así tendráslo que añoras.

Adriana ante esto, casi se ahogó por lo sorpresivo de aquella acción,finalmente se tragó el browniede chocolate, por su parte Marco retorno para terminar de lavar lo que faltabade los utensilios, mientras dijo: esperoque te haya quedado sumamente claro, que te agradecería que ya no insistas coneso.

Se mi tierna mascotaWhere stories live. Discover now