I WANT TO SEE THE BRIGHT LIGHTS TONIGHT

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Si debía decir la verdad, el varón de cabello castaño solo quería soltar una eterna carcajada repleta de frustración y desprecio por todo lo que había vivido en los últimos meses, los cuales fueron de mal en peor con el pasar de las horas hasta culminar bajo la constante nevada gélida con un enfrentamiento digno de un Western Spaghetti.

Excepto que estaban en New York, rodeados de seres demoníacos y personas con severos complejos de inferioridad que solo sabían culpar a otros por sus propios errores.

Vale, tampoco eran trigo limpio ellos, pero al menos tenían la consciencia tranquila al aceptar a regañadientes todos los dilemas que dictaminaban sus vidas. Unos peores que otros, pero al fin y al cabo concretaban quienes eran, ergo no se podía negar a menos que desearan vivir como meros adolescentes que gozaban de la impunidad que la justicia les brindaba.

-Este no es mi año...Bah! A quién engaño, ningún año ha sido bueno conmigo desde el día en que nací! – en un tono amargado se quejó el castaño, tratando de mantener la mente en constante fluidez para evitar así reconocer el frío del ambiente.

Un denso vaho se filtraba a través de la delgada máscara rojiza con patrones de telaraña que cubría su rostro, demostrando la fatiga que cargaba y el poco deseo de estar siquiera allí para hacerles frente.

Por extraño que pareciera, la gente había elegido usar la lógica y retirarse apenas los aspectos intimidantes de los villanos de turno se mostraron frente a ellos con claras intenciones de hacer daño indiscriminadamente, lo que fue un gran alivio para el cansado vigilante con poderes basados en arácnidos. Algo que la persona a su lado, aún si estaba en silencio fulminando a su enemiga, compartía de corazón ya que no estaban de ánimos para escuchar quejas o alaridos.

-Te ofenderías si digo que esto es culpa del irresponsable de tu ex marido? – sin quitar la vista del frente, el castaño inquirió a la figura femenina a su izquierda.

-Un poco- espetó la mujer de cabello rojizo que se mecía gracias al ligero viento, respirando agitada al igual que su acompañante.

-Qué tal si lo reemplazamos por Mr. Sinister? – esforzándose en adicionar una pequeña dosis de humor al tenso momento para avivar los ánimos, el trepa muros inquirió de nuevo.

-Ahora está mucho mejor- sin darse cuenta, una minúscula elevación en la comisura de los labios femeninos se hizo presente.

Aquella respuesta elevó un poco el defenestrado autoestima del vigilante oriundo de Queens en la que era la noche más larga de su vida a pocas horas del cambio de año. Le hubiese gustado señalar que ahora los malhechores ni siquiera tenían un poco de decoro para dejar que todos disfrutaran de las fechas festivas, pero lamentablemente ya lo había proclamado y su efecto fue horriblemente nulo.

De haber sido otra persona, el castaño habría acabado rápido con la contienda. Mas la situación parecía haber sido orquestada por el mismísimo diablo, quien empeñado en fastidiarle la existencia se propuso en enfrentarlo contra su propia copia cuyo cerebro últimamente no funcionaba como debería. Inclusive desde su primera aparición nunca estuvo al cien por ciento de sus facultades cognitivas, pero le tomó cariño al cabo de algunas vivencias y rutinas que les ponían al borde de la muerte.

Pero los últimos trucos que había hecho en los meses pasados, en definitiva había incinerado el tambaleante puente que los enlazaba como hermanos para convertirlos en totales extraños que no dudarían en acabarse y regodear la muerte del otro.

-Qué ocurre, Peter? Se te acabaron los chistes? – la burlona entonación de un sujeto con vestimenta verde y púrpura, que emitía un extraño miasma constantemente, se oyó con claridad al realizar tal interrogante.

I Want To See The Bright Lights TonightWhere stories live. Discover now