Epílogo

2.4K 273 98
                                    

Epílogo - El amor de mi vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Epílogo - El amor de mi vida

Lidiar con la ansiedad por separación de Haruno ha sido un proceso agotador y difícil para Atsumu. Le duele ver a su solecito llorar desconsoladamente y él solo quiere regresar a abrazarlo y consentirlo, pero la psicóloga que consultó le ha dicho que eso solo agravará el problema. En su lugar, debe ser fuerte y alejarse sin titubear. 

Es cruel, o al menos eso es lo que a él le parece, pero lo compensa con las demás cosas que debe hacer. Pasar tiempo con él, establecer rutinas y costumbres que mantengan a Haruno consciente de que, no importa cuantas veces él se vaya, siempre va a volver. 

- Solecito, sabes que pronto tendré que irme por trabajo y voy a pasar varios días fuera de casa. Por mientras tú te quedarás con el tío Samu y con el tío Sun - intenta explicarle de nuevo.

- No - refunfuña el pequeño con un puchero. 

- Si, pero no te preocupes, cariño. Cada noche voy a llamarte y... 

- ¡No! 

- Solecito... 

- ¡No, no! ¡Papi no! - grita Haruno al mismo tiempo que sus ojos comienzan a humedecerse. 

- No llores, Haruno - suplica Atsumu sintiendo como él también va a llorar. 

- ¡No!

Atsumu suspira con pesadez y abraza al pequeño que se aferra a su cuello maldiciendo a todo y a nada en específico. 

- Solecito, te llamaré cada mañana antes de que vayas a la escuela y lo volveré a hacer cuando vuelvas de ella. Te mandaré videos de Bo y de Yoomi cada día para que los veas antes de dormir y estoy seguro de que si se lo pides, el tío Samu te llevará conmigo siete días después de que me vaya. 

- Papi... 

- Te amo, Haruno. 

- Te amo - responde el niño unos segundos después. 

Haruno no lo suelta por un largo rato y para cuando finalmente lo hace, no deja que Atsumu se aparte de su campo de visión ni un solo segundo por lo que queda de la tarde hasta que se queda dormido después de su ducha. 

Desafortunadamente, ese comportamiento persiste por algunos días y luego pasa a ser algo que ocurre de tanto en tanto, pero vuelve cuando Atsumu tiene una conversación con Haruno sobre su partida en dos días. 

La noche antes de irse Atsumu está exhausto de hacer sus maletas y de lidiar con Haruno llorando y gritando todo el día. Sus ojos están hinchados de las veces que ha acompañado al pequeño en su llanto y le pesa el cuerpo por corretear al niño que tomaba las cosas de su maleta e intentaba esconderlas. 

Por eso, cuando Sakusa Kiyoomi aparece frente a su puerta con sus maletas detrás suyo, él casi se arroja a sus brazos a llorar del estrés. 

- ¿Estás bien? - pregunta el menor preocupado. 

El amor de mi vida - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora