Prólogo

2.2K 161 10
                                    

Yo era un niño de tan solo cinco años, estaba tranquilamente jugando en mi habitación cuando oí un fuerte estruendo en la planta de abajo.

Bajé para ver que había ocasionado ese ruido.

-¿Mama? ¿Papa?-Pregunté asomándome por las escaleras.

-¡NO BAJES TAIGA!- Vi varios jarrones rotos en el suelo, algunos cuadros torcidos y la voz histérica de mi madre en la cocina. Aun más asustado corrí hasta la cocina, ahí había un hombre enmascarado, tenía algo parecido a un cuchillo en la mano mientras intentaba atacar a mi padre y mi madre, llorando asustada, intentaba que ese hombre soltara a mi padre.

-¡¿Q-Quien eres tú?! ¡¿Q-Que haces aquí?!- Grité yendo hacia ese hombre, lanzándome a su pierna intentando atacarlo.

Ese hombre dio una fuerte patada lanzándome contra la pared. Grité de dolor al chocar contra esta y mi madre corrió hacia mí socorriéndome mientras mi padre seguía intentando parar a ese hombre, que por lo que parecía intentaba robarnos.

-¡ALTO POLICÍA!- Se abrió la puerta de golpe. Muchos hombres vestidos de policía, pero ese hombre ni se inmutó y siguió intentando atacar a mi padre.

-¡ALTO O DISPARO!- De nuevo ni se inmutó. Estaba asustado, no sabía que estaba pasando, todo se nublaba a mi alrededor, tan solo tenía siete años. De mis ojos no paraban de caer lágrimas mientras me aferraba con miedo a mi madre.

Sonó un tiro.

Cerré los ojos con fuerza y dos segundos después volví a abrirlos.

El hombre que nos atacaba estaba en el suelo, pero no solo él, mi padre también.

Mi madre lloraba con fuerza, yo al verla así tan solo aumenté mis lágrimas. No entendí lo que acababa de pasar hasta que pasó un tiempo.

Recuerdo que durante semanas le preguntaba a mi cuando volvería papa. Pero nunca volvió.

Un policía había matado a mi padre.

(...)

-Por eso odio tanto a los policías.- Susurré mirando hacia el suelo, intentando no derramar lágrimas mientras explicaba lo que pasó hace tanto tiempo.

-Vaya... Ya entiendo.- Murmuró el mirándome con sus codos apoyados en sus rodillas y sus manos debajo de su nariz.- ¿Y a mí?

-¿Y a ti qué?

-¿Si a mi también me odias?- Reí con fuerza.

-A ti es al que más odio.- Él también rió con fuerza.

-Ya me imaginaba que dirías eso, Bakagami.

I can't hate you.Where stories live. Discover now