Mudanza

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A pasado una semana desde que HoSeok despertó. Hoy es el día que saldrá por fin del hospital para ir a casa, todos estamos muy emocionados, él también lo está.

En este tiempo estuvo descansando por lo del coma y sus piernas. Las heridas ya estan cerradas, pero aún no se puede quitar los puntos; además tendrá que venir al hospital para hacer chequeos y recibir terapia física. También a recibido terapias y parece que a mejorado su estado de ánimo y ya no se ve tan afligido por el tema de no tener piernas, aunque todavía se pone triste por eso.

HoSeok vivía solo en su departamento, pero ahora que está discapacitado nadie estuvo de acuerdo para que se quedara solo, al menos no por un tiempo, ya que acaba de salir del hospital y no tiene la suficiente experiencia manejando su silla de ruedas. Todos ofrecimos nuestras casas para que HoSeok escogiera y él terminó escogiendo quedarse en mi casa lo que me hizo muy feliz; por ello, le hice algunos cambios para que le fuera más fácil moverse. Puse algunas rampas en la entrada de la casa y adentro; por suerte, mi casa es de una planta y tiene un cuarto extra. Nunca me gustaron las casas muy grandes y veo innecesario pagar mucho para tener una gran casa para mí solo.

— Vámonos — sonreí ya en el auto.

HoSeok se sentó en el asiento del copiloto y después guardé la silla de ruedas en la cajuela.

Él asintió con una sonrisa y yo puse en marcha el auto.

En el camino HoSeok miraba todo afuera con nostalgia, las calles que se le habían conocidas, sus restaurantes favoritos y esas cosas que no habia visto en un tiempo.

Cuando llegamos a casa lo primero que hice fue bajar la silla de ruedas para que HoSeok bajara del auto.

— ¿Usted la puso? — preguntó él al ver la rampa de la entrada.

— Sí — sonreí.

— ¿Usted? — pareció burlarse.

— Sí, soy bueno en la carpintería ¿sabes? — dije mientras lo empujaba.

— Sí, lo sé — rió un poco y entramos a casa.

— Bienvenido a tu nuevo hogar, aún faltaría ir por todas tus cosas, pero hoy podemos ir por algunas de ellas — dije empujándolo hacia la sala.

— Está igual que siempre, excepto por esos pequeños cambios — señaló las rampas.

— Quería que se te hiciera más cómodo moverte, que realmente fuera tu casa — le miré con una sonrisa y el también tenía una.

— Gracias Hyung, es muy amable —.

— No hay de que Hobi-ah, ¿Tienes hambre? Puedo prepararte algo —.

— No, gracias, no tengo hambre — .

— Vamos, has de estar cansado de esa comida fea de hospital — insistí.

Él río un poco. — Sí, es fea, pero no tengo hambre —.

— Mm, bueno... ¿Qué quieres hacer? —.

— Ir por mis cosas y tal vez salir un rato a un parque, hace mucho no salgo — dijo con algo de ¿nostalgia?.

— Sí es lo que quieres, está bien — empujé de vuelta hacia afuera.

De nuevo subimos al auto, guardé la silla de en la cajuela y conducí hacia el área de condominios.

Estacioné el auto, bajámos, ayudé a Hobi a bajar y luego nos dirígimos hacia el edificio y subimos al 4to piso por el elevador.

— Todo sigue igual — dijo al entrar.

— Sí, no había venido en un tiempo — miré todo a mi alrededor.

Avalancha || HopeGaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora