CHAPTER ONE

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Nunca antes obtuviste una calificación como esa en ningún examen de historia, no solo este, sino que también es tu último año en la escuela secundaria, por lo que debes aprobar el examen final.

Ahora mismo estás esperando a que todos los alumnos salgan de clase para poder hablar a solas con tu profesor de historia.

"¿Señor?"

"¿Si, Srta (T/A)?"

Leo White, un hombre de unos treinta años, es tu profesor de historia... pero también es raro.

Levanta la vista de los papeles que están sobre su escritorio para verte de pie frente al escritorio con una expresión avergonzada.

"¿Hay alguna posibilidad de que pueda compensar esta mala calificación?" Preguntas, mostrándole tu papel con marcas rojas.

El Sr. White te mira y sonríe al notar tu expresión agria.

"Tendrás que estudiar más para el próximo examen, Srta. (T/A)" su simple respuesta te hace suspirar.

"¿Algún consejo sobre la mejor técnica para obtener la máxima puntuación?" presionas más.

"Necesitas sumergirte en las profundidades de la historia", te ríes.

"Le puedo asegurar que, si tuviera una máquina del tiempo, lo habría hecho, señor"

El Sr. White sonríe, se levanta de su escritorio y vuelve a colocar sus papeles en su bolso, murmurando algo por lo bajo.

Te mira de nuevo.

"El próximo examen, estoy cien por ciento seguro de que lo aprobarás, Sra. (T/A), y te ayudaré" frunces el ceño.

Pero antes de que puedas hacer más preguntas, el Sr. White sale, cierra la puerta detrás de él y te deja solo en clase.

"Qué hombre tan extraño, ¿por qué incluso cerró la puerta?", murmuras para ti mismo, antes de caminar hacia la puerta y abrirla.

En el momento en que sales, te encuentras con un escenario completamente diferente en lugar del pasillo de la escuela, te encuentras parado en un lujoso pasillo.

Se parece mucho al pasillo europeo de lo que parece ser un castillo.

Tus ojos se abren en estado de shock, antes de darte la vuelta con la esperanza de regresar, pero la puerta por la que entraste ya no está aquí.

En cambio, te encuentras con la vista de la pared.

La única explicación para esto es que finalmente lo has perdido.

"¿Quién eres y qué haces aquí?"

Ves como uno de los guardias se acerca a ti, en el momento en que te alcanza, escanea tu atuendo con los ojos.

"¿Quién eres, mujer? Habla más alto"

Su inglés es muy diferente al de los tiempos modernos, pero lo entiendes perfectamente.

Cuando ves que el guardia alcanza su espada, rápidamente le respondes.

"No pretendo hacer daño, lo juro, ni siquiera sé cómo llegué aquí en primer lugar", exclamas.

Los ojos del hombre se endurecen ante tus palabras, sacando su espada.

"¿Me tomas por tonto?"

Dejaste escapar un grito, mientras te apuntaba con su afilada espada.

Pero, por suerte para ti, un guardia anuncia la llegada del rey.

"El rey ha llegado, quédate quieto y salúdalo" tragas saliva aliviado mientras el hombre aleja su espada de ti.

Sin embargo, comienzas a ponerte nervioso cuando el Rey camina por el pasillo junto con sus asesores.

Todos inclinan la cabeza excepto tú, pero rápidamente inclinas la cabeza cuando lo ves mirarte.

El Rey es guapo, de hombros anchos pero delgado, con cabello castaño rojizo y piel clara.

"¿Y quién eres tú?" pregunta, sus ojos mirándote.

"Un intruso, su alteza" responde el guardia que te iba a atacar.

"Creo que le he preguntado a ella, no a ti"

"Me disculpo, mi rey"

Él agarra tu barbilla y la levanta para que tus ojos puedan encontrarse con los suyos.

"Ahora dime quién eres, antes de que ordene tu ejecución"

Sí, definitivamente es Enrique VIII.

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