7._Piano

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Obvio no iban a terminar por eso. Pero en su relación se abrió un grieta y eso los dejó un tanto fríos.

Mary se acostó a descansar, Bills se quedó en ese pequeño espacio que pendia sobre el vacío un par de horas. A ratos miraba a la mujer tendida en la cama fijamente. Podía haber apostado a que dormida no estaba, pero no iba a corroborarlo. Todo era culpa de ella por enojarse por una tontería, pensaba él y sacaba sus ojos de ella con un poco de desdén. Casi a media noche, cuando estaba a punto de ir a acostarse, un fuerte dolor abdominal lo hizo doblarse un poco antes de salir corriendo al baño.

Mary lo escuchó vomitar y maldecir al restaurante ese donde fue a almorzar, pero no se preocupó hasta media hora después, pues él seguía allí. Secando sus ojos con el dorso de la mano, Mary se levantó para ir hasta el baño y golpear la puerta despacito, como si no hubiera querido hacer ruido.

-¿Bills, estás bien?- le preguntó, pero él no contestó- Voy a entrar- advirtió e ingreso.

Ahí estaba él, hincado ante el inodoro, sujetando su abdomen con ambas manos y una huella de líquido estomacal en la comisura de su boca. Obviamente no estaba bien. Después de un rato y habiendo dejado las entrañas en el retrete, Mary lo llevó a la cama y lo dejó acostado ahí.

-Tienes fiebre- le dijo mientras tomaba el teléfono de la mesa de noche.

-La comida de ese restaurante debió estar descompuesta o algo así- exclamó Bills entredientes, pues se estaba aguantando los dolorosos calambres abdominales.

-Bueno es más que seguro tienes una indigestión. Llamaré a recepción para que nos consigan un médico o algo- manifestó Mary mientras tomaba un pañuelo para limpiar el borde de la boca de Bills, que callado observó ese gesto.

En el hotel tenían una enfermería disponible las veinticuatro horas. Un chico subió a revisar a Bills unos veinte minutos después de la llamada de la muchacha, que se apartó para que vieran a su pareja. Una de las cosas que menos le gustaban a Bills era tener que ir a un doctor. Realmente se ponía irritable cada vez que eso sucedía, así que verlo modernamente nervioso, al respecto, en esa oportunidad para Mary fue un indicio de que realmente lo estaba pasando muy mal y necesitaba ayuda. El chico le diagnóstico una indigestión. Le dejó algunas medicinas y una dieta por los siguientes tres días. Después de eso se retiró. Mary también salió del cuarto diciendo que volvería pronto. Bajó hasta el restaurante a buscar una bebida caliente. Como el servicio al cuarto estaba siempre disponible, no le fue difícil conseguir lo que quería. Menos al usar como recurso el ser una invitada del dueño. Con cuidado regreso a su habitación cargando una taza grande de la que escapaba un suave y blanco vapor.

-Es té de menta- le dijo al sentarse a su lado en la cama para ofrecerle la taza- Es bueno para el estómago y también para dormir- agregó al dársela.

Bills tomó el recipiente viéndola a los ojos, los que ella le negó mirando hacia la ventana. Mary se quedó sentada ahí hasta que él dejó la taza sobre la mesa de noche. El sabor de esa infusión le recordó un poco a la pasta dental. A Bills no le desagradó, pero no la bebería con frecuencia.

-¿Te tomaste los medicamentos?- le pregunto.

-Sí- respondió Bills.

-Descansa. Mañana te sentirás mejor- le dijo Mary y se levantó para darse la vuelta e ir a acostarse de su lado de la cama.

La mujer seguía dolida con él. Bills lo sabia. Serio se acostó hacia el lado opuesto de ella, doblando un brazo bajo la cabeza. Unos minutos después, cuando casi estaba por dormirse, sintió la fría mano de Mary sobre su frente. No se movió. Ella lo destapó un poco, para que perdiera calor y se recostó de frente a su espalda, pero no muy serca. Posiblemente se durmió después de él. Bills se sentía algo cansado. Cerró los ojos y se quedó profundamente dormido. Al despertar Mary no estaba en la cama junto a él, ni en el baño como pensó. Se ducho rápido y bajo al restaurante para desayunar. Todavía le dolía un poco el estómago, pero estaba dispuesto a correr el riesgo por un par de deliciosos bocadillos.

Egoísta.Where stories live. Discover now