𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ━━ heung-min son

O5 » team confused

Bárbara nunca fue alguien muy popular en su adolescencia.

Ella siempre fue la chica que hace bromas solo para su grupo de amigas de no más de tres personas. En fútbol infantil femenino, ella tenía a sus dos mejores amigas, las cuales las dos eran introvertidas y ella era la encargada de hacer monadas y bromas para hacerlas reír. Después de su retiro del fútbol, conoció a Licha y a Cuti y nunca se separó de ellos, volviéndose la chica que se vuelve extrovertida una vez esta en confianza, haciendo que el introvertido sea Cuti y Licha sea el mediador de ambas personalidades.

Pero ahora, Cuti y Bárbara parecieron cambiar sus personalidades adoptando la del otro.

Bárbara se intentaba comer su pedazo de milanesa napolitana en silencio mientras escuchaba como Cristian y Emerson empezaban a pelear en broma a los gritos. El brasileño parecía ser muy animado y mantenía una rivalidad/amistad con el cordobés, que todo el tiempo bromeaba y ponía de los nervios a Royal, teniendo como espectadores a Richarlison y a Sonny, que se habían sentado con ellos.

El comedor del equipo masculino del Tottenham era espacioso y estaba conformado como un restaurante normal, solo que allí había servicio para los jugadores y entrenadores, no para empleados como Barbi, que fue arrastrada por Cuti y Gio con su vianda hasta donde estaban ellos. Fue el colmo sentarse en las mesas del medio, porque para llegar a las mesas tenías que pasar sí o sí por la mesa donde Barbi estaba en medio de todo el salón y era inevitable no fijarse en la única chica almorzando entre todo pibes.

Pero el remate de todo era que se sentó con sus amigos argentinos, sus amienemigos los brasileños, y Sonny.

Y con los nervios hasta el techo, intentó pasar desapercibida almorzando mientras sentía muchos ojos sobre ella, más solo dos hombres estaban pendientes de cada uno de sus movimientos: Lo Celso y Son.

Por su lado, el surcoreano miraba como los chicos discutían sonriente, no sabiendo que ellos estaban discutiendo pasivo agresivamente en español, y de vez en cuando su mirada iba sutilmente hacia Bárbara y a Gio, que la miraba desde la otra punta de la mesa con una sonrisa.

—Sonny, ¿me acompañas a buscar más agua, hermano? —le preguntó Richarlison, llamándole la atención.

—Eh...

No pudo responder porque el morocho lo agarró del brazo y lo llevó a la barra donde el cantinero estaba para ofrecer agua, bebidas energéticas y más comida.

—Entonces... ella es la que está contigo en rehabilitación —comentó Richarlison a su amigo en un murmullo tras pedir agua al cantinero.

El brasileño era todo un chismoso, todos en el equipo decían eso y Sonny ahora lo confirmaba.

—Uh, sí —afirmó Heung-Min desviando la mirada hacia la tabla del menú que había en la cantina.

—¿No dijiste que era un hombre?

—Antonio decidió decir eso para que no me molesten, pero yo no dije nada —se defendió el número siete—. Me da igual si es hombre o mujer, ella sabe lo que hace y mientras me ayude a volver a la cancha estaré más que agradecido.

—Suena a que no te agrada.

—Me agrada, y mucho —dijo apresuradamente, más se dio cuenta que cayó en la jugada del brasileño y le miró mal antes de largar una risa irónica—. ¿Qué quieres que diga? Es simpática.

Cuando miró hacia Richarlison por el silencio que hizo, se encontró con una mueca incrédula de parte del morocho.

—Por eso es que estuviste raro, mi amigo... —acertó mientras empezaba a sonreír con picardía, y el otro se encogió de hombros—. Ajá, te atrapé.