O4 » rehabilitation

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Los ruidos de la cocina no se oían con tanta frecuencia, así que Barbi supuso que el dúo a cargo de la cena aprovechó su momento a solas para mimarse un poco. Fingió disgusto mientras se acomodaba en el almohadón de su cama sin mover mucho a su sobrino, que estaba echado sobre su estómago mirando con suma concentración Paw Patrol en la televisión de su dormitorio.

—Ay, Valen, en cualquier momento te encajan un hermanito o hermanita —dijo ella con gracia.

El bebé ni se inmutó de sus palabras, y ella sonrió antes de dejar un beso en la cabeza de él, aún sin poder creer que tenía al bebé que más adoraba tan cerca de ella.

—Cuti deja de comerte a Karen y hace de comer para todos —gritó, logrando escuchar como la rubia reía.

Poco después, Cuti y Karen se acercaron para verla a ella recostada con el bebé mirando la tele mientras jugaba con un muñeco que Barbi le dio cuando llegó.

—Mira cómo se queda con vos —comentó su amigo sonriendo con ternura hacia su hijo.

En cuanto el bebé vio que sus papás llegaron se removió de su lado, Karen caminó rápido para agarrarlo y tomarlo en brazos mientras se acostaba en la cama, haciendo reír a Valentino.

—¿Ya está la comida? —preguntó Barbi moviendo sus pies para captar la atención de su sobrino.

—Ya casi está, ayudame a poner la mesa que Karen fue la que cocinó.

Bárbara se levantó de su cama y mientras se ponía las pantuflas se acercó al bebé para dejar besos cortos en su cachete, haciéndolo reír a él y a Karen. La rubia salió de su pieza para caminar hasta la cocina, sacando sus juegos de platos y cubiertos para llevarlos a la mesa mientras Cuti terminaba de revisar la comida.

—Barbi —le llamó Cuti—. ¿Todo bien vos? Desde ayer que empezaste a trabajar estás callada, ¿pasó algo?

Ella negó con la cabeza mientras ponía en cada asiento un plato y juego de cubiertos.

—Estoy bien, creo —contestó—. La kinesióloga encargada es re simpática, se puso a leer mi carrera enfrente de mí y le pareció bien ponerme a cargo de la recuperación de uno de los jugadores.

Cuti parpadeó con sorpresa.

—¿Me estás jodiendo? —preguntó impresionado, y ella negó mientras sonreía con alegría, contagiando al cordobés.

No pasó menos de un segundo que Cuti soltó todo y se le tiró envolviéndola en un abrazo de oso cargado de cariño que hizo que Barbi riera, sin esperar esa reacción por parte de su serio mejor amigo. Cristian dejó un par de besos en la frente de ella y cuando se separó del abrazo la sostuvo de los hombros para sacudirla levemente, mostrándose totalmente contento.

—Vamos, la puta madre, esa es mi amiga —dijo, volviendo a abrazarla—. Sabía que vos ibas a arrasar en el Tottenham, sos la mejor kinesióloga que conozco y no tenía ni una sola duda que ibas a ser importantísima...

—Basta, pelotudo —le habló con voz temblorosa mientras reía, sintiendo las palabras de su amigo calar hondo en su pecho—. Me estás haciendo llorar...

—Sos una boluda —le murmuró, sin separarse de ella.

Fue Barbi la que le pegó el empujón para señalarle el bife que estaba haciendo Cuti, asustando al morocho con que se le iba a quemar la carne.

—Amigo, estoy re contenta donde me pusieron —le contó ella—. Al principio tenía un cagazo pensando en no meter la pata, encima las neuronas trabajaban a full para entender el inglés...

—Mal, a mí me sigue pasando eso —comentó Cuti.

—Dejate de joder, boludo —rio ella—. Encima, no sabés, cuando me mostré lo suficientemente apta para que me manden a rehabilitación de los jugadores, la encargada me dijo que los jugadores son blablablá y esto y lo otro, pero cuando me dio el informe de ellos no sabés qué pasó... —narraba, y Cuti se veía re enganchado a lo que contaba.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ━━ heung-min sonWhere stories live. Discover now