CAPÍTULO 3:UN ENCUENTRO CASUAL

Start from the beginning
                                    

—Oh miralo, ¿tienes miedo?—le dice al chico—,¿sabes lo que les pasa a los novatos que no tienen cuidado?

El chico niega rápido la cabeza, está acojonado, no tendrá ni 20 años.

—Que acaban muertos.

—Tomy, deja al novato y buscate a otro imbécil que te tenga miedo.—intervengo.

—Daniel, no te metas, te recuerdo que hasta hace unos años eras igual que ese novato.—dice con odio.

—Tomás, voy a serte muy claro. Deja al chico si no quieres que te corte la polla y no puedas volver a disfrutar de un vis a vis íntimo en tu puñetera vida, ¿me has entendido?

Su cara cambia mostrando una expresión de absoluto terror, sabe que soy perfectamente capaz. Se da la vuelta y junto a los cuatro mongolos que le siguen el rollo se van.

—Gracias, yo, no sé cómo agradecértelo...

Niego.

—Andate con los ojos bien abiertos, la gente aquí dentro aprovecha cualquier oportunidad para añadir víctimas a sus listas y los novatos sois como un menú Happy Meal para ellos, irán como niños hambrientos a por ti.—le advierto retomando mi camino a los baños.

El agua caliente recorre mi cuerpo, tengo un par de golpes de los entrenamientos de estos últimos días con Yago. Odio este sitio, es como los baños del instituto después de un entrenamiento de fútbol o cualquier otro deporte, solo hablan de mujeres desnudas, de las pajas que se han hecho desde que están dentro o de quien será su nueva víctima.

—Se rumorea que Suarez nos va a traer a unas prostitutas para tener al menos un vis a vis íntimo, aún recuerdo a la última que tuve sobre mí gritando mi nombre como una zorra.

Pongo los ojos en blanco mientras paso la toalla alrededor de mi cintura, cojo mi ropa, hoy he elegido un chándal. A diferencia de otros países aquí en españa no tenemos la obligación de ponernos un uniforme, cosa que realmente agradezco por que voy mucho más comodo con un chandal viejo que con un puto uniforme.

—¿Tú qué dices Daniel? ¿No tienes ganas de que una muchacha te haga todo lo que le pidas?—pregunta Hunter, nos llevamos bien pero sus comentarios dejan mucho que desear en ocasiones.

—Si, pero no voy a pagar para follar. Me parece denigrante para ellas.

—Chicos recordad que habláis con un futuro psicólogo, ser más delicados.—vacila Yago.

Suspiro.

—Sois gilipollas.—digo haciendoles un corte de manga y saliendo ya vestido del baño.

Dejo las cosas en la celda, cojo los apuntes y salgo de nuevo al pasillo donde los demás presos ya se han situado frente a sus celdas para el recuento de la mañana, al comprobar que estamos todos nos acompañan a la cafetería, donde seguramente sea el primer encuentro de todos los presos con los novatos. La comida aquí es un asco, pero el desayuno es lo mejor que hay. Me sirvo un tazón de leche, unas tostadas y un zumo de naranja, me siento con Hunter, Yago y Nanim.

—Los novatos cada vez tienen cara de ser más críos, seguro que dos de los tres que han entrado no han tocado una teta en su vida..—comenta Nanim.

—Qué más os da..—digo mordiendo mi tostada—. Dejad de decir gilipolleces ya y dejadme desayunar tranquilo.

—Me recuerdas a mi vieja cuando no había tomado el café.—dice Yago riendo.

Niego riendo también, el novato de antes se acerca a nuestra mesa, los chicos le miran y sé perfectamente lo que están pensando.

Cristal® [#1]Where stories live. Discover now