Odio

453 42 15
                                    

A/N: ¡Hola, hola, gente bonita! Bueno, si todo sale como lo planeado (que espero yo sí sea así) se supone que estarían leyendo esto el 31 de julio, el cumpleaños número 43 de nuestro bebé eterno, Harry Potter.

Que ya sé, que me he desaparecido un laaargo rato, pero ¿qué les digo?, he estado un poco ocupada, pero no se preocupen, no me he olvidado de ustedes ni de terminarles todas las historias que les tengo pendientes, estoy trabajando en completarlas para que así ya sólo tenga que subirles los capítulos y de ésa manera ahorrarles la espera. En fin, ya no les aburro con más detalles que nadie me preguntó de mi caótica vida de estudiante.

¡Espero disfruten tanto ésta historia como yo disfrute escribirla y que no se note que me estoy proyectando en Draco JAJAJA! ^^

Primer OneShot de tres: Parte uno de la trilogía "Sentimientos".


Día tras día pasa a su lado por el pasillo lleno de estudiantes que distraídos buscan desesperadamente llegar a su siguiente clase a tiempo. Son tan sólo unos segundos que para cualquier otro no significaría nada, pero Draco no era cualquier otro.

Él aspira con sutileza su perfume cuando pasa a su lado y siente cómo el penetrante aroma a madera y sudor se impregna en sus pulmones mientras hace que una latente sensación de asfixia lo atosiga hasta que siente la urgencia de cubrir su nariz; busca necesitado del contacto que sus hombros se toquen aunque sea sólo por unos segundos, sin importarle que aquel simple contacto sea como someter a su piel a un calor que calor que, para cualquier otra persona no sería más que la presencia de dos seres vivos al chocar pero para él, significaban dos segundos de someterse a las ardientes brasas del mismo infierno; y anhela desesperado que sus miradas se conecten, incluso cuando dura nada más que un instante. Incluso cuando algo que pareciera tan simple como chocar miradas podría suponer para él una migraña al percatarse de la cercanía que significa el estar tan cerca de ésos orbes esmeralda.

Ahora camina con Greg y Vincent a su lado. Le están diciendo algo, pero él no presta atención. No cuando está ocupado buscándolo con la mirada. Buscándolo a él. A Harry.

Porque no importa cuantas veces lo haga sentir como la mierda, o las miles de cosas hirientes que se han dicho el uno al otro, Draco siempre busca a Harry. Busca a Harry a la hora del desayuno, de la comida y de la cena. Busca a Harry cuando deambula por el pasillo. Busca a Harry en cada sueño y pensamiento que se cruza por su cabeza. Busca a Harry cada segundo de cada día. Porque Harry le hace sentir algo, no importa si es toda la felicidad del mundo o todo el dolor en éste. Porque Harry Potter lo hace sentir vivo.

Está mal. No es sano y lo sabe. Sabe que no está bien, porque Harry no lo trata bien. Porque en cada interacción que tienen, Draco siempre tiene que ser el que busque su atención. Draco tiene claro que él es quién más siente. El que más busca. El que más quiere.

Y tal vez es injusto de su parte esperar que Potter corresponda sentimientos que nunca le han sido expresados, sentimientos de los que él no es consciente. Pero ¿y si no es así del todo? Hay algo en la manera en la que Potter lo mira, en la manera en la que le habla, en la manera en la que rehuye de su contacto, algo que hace que una voz en la cabeza de Draco grite: "¡Lo sabe! ¡Sabe que estás hasta las manos por él! ¡Sabe lo patético que eres! Y oh, eso le divierte".

Es consciente de que bien puede estar equivocado, pero eso no hace que le duela menos.

El olor es lo primero que siente. Ése olor que podría reconocer en cualquier lado. Después, y claro que no podía faltar, la característica sinfonía que hacen sus pies al caminar. Pasos torpes y acelerados, tal y como quien los lleva.

El odio de Draco MalfoyWhere stories live. Discover now