|Entre Pasos|

11 0 0
                                    

Llegué a un punto de mi vida en el que no le ruego a nadie y no permito que me rueguen.
No me demoro en un lugar en el que voy a perder mi tiempo y tampoco permito que alguien pierda su tiempo conmigo si no tengo algo bello que ofrecer.
Llegué al: "mejor sola, que mal acompañada". Pero llegué bien, porque me caigo mejor que nunca, porque me amo más que nunca, porque no necesito huir de mi, no necesito sacar clavos con otros clavos, ni llenar vacíos buscando escapatorias por miedo a enfrentarme a mis demonios.

Hoy soy más fuerte que ayer.
Hoy me despierto y duermo en paz.

- Cartas Que Nunca Te Dí.

Cartas Que Nunca Te Dí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora