04.- Planes

19 2 2
                                    

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2013.

04.- Planes

Penny abrió la puerta de la suite de Jagged en cuanto la golpearon con los nudillos. Había esperado a AURORA, a Kitty Section, incluso a Bob, sin embargo, se encontró con una joven castaña de ojos azules que le sonrió encantadora.

—¿Puedo ayudarla? —preguntó la mánager.

—De hecho, espero poder ayudarla yo a usted —respondió tendiéndole la mano—. Soy Katie Tyler vengo por el anuncio.

Jagged se plantó a su lado, abrió la puerta del todo y sonrió.

—Bienvenida, Katie. Adelante, pasa.

Penny le interrogó con la mirada, la respuesta de Jagged fue una de aquellas sonrisas de niño travieso que trama algo.

—No te enfades con Penny, es un poco desconfiada.

—¿Desconfiada? —inquirió Penny desconcertada.

—Cree que todo el mundo quiere vender mi vida —continuó encogiéndose de hombros—. No traicionarás su confianza, ¿verdad, Katie?

—Por supuesto que no, señor Stone.

La joven y vivaracha Katie miraba con fascinación a Jagged. Penny estaba acostumbrada a aquel tipo de miradas y habían dejado de molestarla. Supuso que si ella hubiese conocido a Jagged en otras circunstancias y con su fama actual le habría mirado exactamente igual. Sin embargo, ellos no habían empezado con muy buen pie, saltaban chispas entre ellos, chocaban constantemente como si todo fuera una competición.

—Antes de darte un contrato hay algunas cosas que vamos a dejar claras, Katie —pronunció Jagged con cierto tono paternalista—. Sólo te encargarás de las pequeñas tareas que te asigne Penny, la mayoría de ellas estarán relacionadas con Fang.

—¿Su cocodrilo?

—Sí, no tienes que preocuparte, es un buen chico.

El leve tono de terror en su voz hizo sonreír a Penny, no podía culparla. La gente normal no se imaginaba haciendo de canguro para un animal peligroso que se te puede zampar sin inmutarse.

—Fang no es violento —intervino Penny—. Está bien alimentado, no hará nada por atacarte si no se siente amenazado. No le grites, no hagas gestos bruscos frente a él y nunca le acerques la mano a la boca, porque no te conoce, no confía en ti y querrá defenderse.

—Yo... puedo hacerlo, ya lo verán.

—No le darás de comer, de eso me encargo yo —continuó Jagged, aunque a veces lo hacía Penny también—. Le comprarás cosas, usarás el cepillo para rascarle y que esté contento y si Penny pide que vayas a comprar algo lo harás sin protestar.

»Hay dos temas importantes en el contrato. Confidencialidad total. No cuestionar nada, harás lo que se te pida sin protestar.

Penny le sonrió. Sabía cómo sonaba porque ella había estado a ese lado unos años atrás y lo más fácil era imaginarse cosas que no eran; pero Jagged no era de ese tipo de personas y, desde luego, jamás obligaría a alguien a hacer nada que no quisiera.

—¿Tienes alguna duda, Katie?

La muchacha sacudió la cabeza con mirada decidida.

—Ninguna, señor Stone.

—¡Perfecto! Penny, la dejo en tus manos.

Eso significaba que a Jagged le había gustado, tal vez porque parecía una chica dócil y tranquila, de esas que prefieren pasar desapercibidas y poder ir haciendo las cosas a su manera sin que nadie las presione. Sin embargo, si iba a ser su ayudante, era con ella con quien tenía que encajar. Jagged le había prometido que la última palabra la tendría ella y, al parecer, estaba cumpliendo con ello al dejarla en sus manos.

GlissandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora