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NORA caminaba por las calles de su pueblo, llevaba puesto un hermoso vestido de color negro y unos zapatos del mismo tono con unas bonitas calcetas blancas que destacaban en su vestuario. Su cabello se encontraba perfectamente recogido en una trenza con flores en ella, su rostro detonaba felicidad pura y en sus manos llevaba una bufanda de color rojo con delicadeza.
Theo le seguía el paso unos metros más atrás, este iba con su cara colorada por el esfuerzo que estaba haciendo al cargar un peso extra sobre su espalda. La pelirroja paró su caminar, por inercia Theo también lo hizo, ambos observaron a cierto hombre castaño pasearse entre las personas con el pequeño Eren en brazos. Nora sonrió en grande al poder divisar al par, corrió hacia ellos de forma veloz dejando atrás a un indignado Theo. Con una gran sonrisa la muchacha de orbes dorados gritó con emoción el nombre de Grisha Jaeger.
―¡Señor Jeager! ―gritó con júbilo mientras se acercaba moviendo su mano en forma de saludo.
El nombrado regresó su mirada a los adolescentes, sonrió levemente al verlos, la sonrisa brillante de Nora y un sudado Theo siguiéndola por detrás, rio un poco. Los ojos verdosos del castaño menor siguieron la dirección en donde miraba su padre, sus ojitos brillaron con intensidad al notar la melena roja que se acercaba a ellos.
Nora se inclinó en señal de saludo al llegar frente a los dos Jeager, Theo llegó a su lado tratando de recuperar el aire y repitió la acción de la pelirroja.
―Buen día señor Jeager ―saludó amable el pelirrojo.
El hombre asintió con una sonrisa viéndolos de forma alternada.
―Nora, Theo ―pronunció sus nombres devolviéndoles el saludo.
―Justo íbamos camino a su hogar con la señora Carla y el pequeño Eren ―sonrió la chica pellizcando con delicadeza la mejilla del bebé, quien soltó una risita aplaudiendo con sus manitos.
Theo y Nora sonrieron con ternura ante las risitas del menor.
―Oh, de hecho me ayudarían bastante llevando a Eren con su madre, iré a buscar algunos medicamentos y esta muy inquieto ―ante sus palabras el bebé como si entendiera comenzó a moverse de manera frenética estirando sus brazos hacia la pelirroja de ojos dorados.
