Yizhan.

Calma antes de la tormenta.

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- ¿Mi padre llegó a Liang?.- El principe heredero se encontraba sentado en su escritorio.

- Nuestros informantes lo notificaron.

- Bien.- Sonrió.- No pensé que las cosas resultarían tan faciles.

- ¿Piensa llevar su plan a cabo? La primera dama y su tío están ansiosos.

- Mi abuela y mi tío son un par de fastidiosos.- Rodó los ojos.- Gracias a los cielos pude marcharme de ese maldito lugar. Sentí que me axfisiaba.

- Las ordenes de su tío...- Se sobresaltó cuando el joven alfa golpeó fuertemente su escritorio.

- ¡A mí nadie me da ordenes!.- Se levantó de su asiento al mismo tiempo que empezaba a desprender sus feromonas.- Ni la vieja desquiciada de mi abuela, ni el imbecil que tengo por tío.

- ¿Quiere decir que hará las cosas a su manera?

- Así es.- Sonrió con malicia.- Si ese par cree que conseguirá lo que desea por medio a mí, está muy equivocado.

-......

- ¿Qué?.- Caminó hacía su escolta. Su sonrisa se volvía más maliciosa.- ¿Crees que no me dí cuenta que ellos han estado intentando manipularme?

- ¿Cómo?.- Se agitó.

- ¿Acaso me crees tan estúpido como para no darme cuenta que todo este tiempo estuvieron intentando envenenarme no solo con mentiras?...- Sostuvo la parte trasera del cuello de su escolta y tiró de él.- ¿Crees que esa vez cuando me envenenaron y ellos dijeron que había sido obra de ese omega yo les creí?

- Yo no sabía que llegarían tan lejos.- Trató de soltarse de su agarre.- Su abuela fue quien ideó el plan. La idea era que creyera que quien lo había enviado a envenenar había sido el Rey Consorte.

- Por lo visto aquí los únicos estupidos fueron ellos, creyeron que podían usarme a su antojo.- Lo empujó haciendo que cayera al piso. Luego volvió a liberar sus feromonas provocando que estas afectaran al alfa que yacía en el suelo.

- Entonces...¿Por qué?.- Sostuvo su propio cuello, su respiración se empezaba a cortar.- ¿Por qué está haciendo todo esto si no creyó en nada de lo que ellos dijeron?

- No necesito que nadie me envenene en contra de ese omega, mucho menos de mi padre.- Se colocó en cuclillas frente al aturdido alfa.- Mi odio ya existía desde antes que los manipuladores de mi familia quisieran jugar sucio.- Levantó su mano y acarició el pelo del alfa.- Al principio vi a ese omega como un posible padre. Él era bueno conmigo, me trataba como su hijo.- Sonrió.- Era muy dulce a pesar de ser una fiera en el campo de batalla.- Su sonrisa se borró.- Pero la realidad es...que yo no era su hijo...y mi madre era otra persona.- Se sentó en el suelo con la mirada perdida.- Era la emperatriz.

- Principe...- Empezaba a debilitarse.

- Mi madre...- Su mirada se llenó de tristeza.- ¿Sabes cuantas veces la ví recorrer sus jardines a solas? Con aquella maldita mirada melancolica, cuando ante solía hacerlo con una gran sonrisa en sus labios y en brazos de mi padre. ¿Sabes cuantas veces escuché como se burlaban de ella a sus espaldas mientras ella se esforzaba por sonreir y continuar? Tuvo que resignarse a vivir de limosnas, como una segundona ¡Cuando ella es la primera esposa!

- Por favor...- Sus ojos empezaron a cerrarse lentamente.

- Mi peonia...- Sonrió con tristeza.- Debes ser un niño bueno con tu padre Zhan, es una buena persona y ama a tu padre. Eso siempre me decía. Debes verlo como a un padre, debes amarlo y respetarlo, se bueno.- Su sonrisa se borró.- Ser bueno...eso tuve que hacer por años. Tuve que ser bueno con la persona que le arrebató todo a mi madre...tuve que fingir...- Bajó su mirada hacía el alfa que yacía desmayado ante él.- Tuve que soportar ese desprecio que crecia en mí ante cada critica o burla que mi madre recibía. Tuve que soportar que me enviaran lejos a entrenar, cuando mis quedaron aquí...junto a ese omega...- Sus ojos se humedecieron.- Yo era lo único que le quedaba a mi madre y al final...me enviaron lejos, dejandola sola.- Llevó su mano al rostro del joven y frotó su mejilla.- Por eso los odio...y por eso...me voy a vengar.