BLINDFOLDED (Yeosang)

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Cada vez que ella se me acercaba, mi corazón comenzaba a latir tan rápido como el de un colibrí. Sus ojos filosos, sus labios siempre perfectamente rojos, su esbelta silueta y esa forma tan elegante que tenía de caminar, todo en ella lograba hechizarme.
Se llamaba Hyojin, su madre era coreana pero su padre era de un país latinoamericano. No era mucho mayor que yo, pero me daba clases de español en una academia, ya que debido a mi trabajo necesitaba saber un tercer idioma, ya que el inglés lo tenía bastante dominado.
Cuando me miraba con esa sonrisa que denotaba seguridad a la vez que dulzura, me costaba desatar el nudo en mi garganta.
Cada vez que decía "Yeosang, lo estás haciendo muy bien" o "Estás mejorando", algo en mí recobraba y potenciaba mis ganas de seguir aprendiendo.

Una tarde, mientras mis compañeros salían de la clase, yo aún estaba guardando mis cosas y los vellos de mi nuca se tensaron al oír el sonido de sus tacones cada vez más cerca.

—Yeosang, hoy estuviste brillante, tu pronunciación mejora cada vez más.

Levanté la mirada lentamente, escaneando su cuerpo de abajo hacia arriba, deteniéndome en su profunda mirada.

—Muchas gracias —sonreí con indisimulable nerviosismo.

—En dos semanas es el examen final internacional. Ese certificado te servirá mucho para ponerlo en tu currículum.

—Lo sé, he estado trabajando duro...

—Y se nota, me enorgullece... ¿De qué trabajas?

—Ah, soy... Eh... Trainee en una agencia.

—¿Vas a ser Idol? Qué bien.

—Sí, dicen que aprender inglés es fundamental, pero quise añadir el español... Además, suena muy atractivo.

—Me lo han dicho, después de todo es una lengua romántica.

—¿Y usted hace algo aparte de ser profesora?

—No realmente... Voy a clases de tango, eso es lo único. Me imagino que tú haces algo más urbano, ¿No?

—Sí, pero el tango es hermoso también. Tal vez demasiado elegante para mí.

—Donde voy está lleno de mujeres mayores, a veces me siento un poco fuera de lugar —soltó una risilla. Fue una de las pocas veces que tuve la dicha de oírla reír.

—Si no le molesta la pregunta, ¿Qué edad tiene?

—Sólo te llevo cuatro años.

Abrí los ojos de par en par y volvió a reír.

—Lo sé, parecen muchos más.

—¡No! Digo... Es decir... No es algo malo tampoco, eres... Usted es una mujer muy bien... Eh... ¿Hecha? Muy bien formada, quiero decir... En el sentido de que es muy madura y profesional. Se le ve joven pero la seriedad le añade... Eh... No sé cómo explicarlo... Yo...

—Qué tierno eres.

Mi rostro hirvió y esperé que mis mejillas no se hubieran puesto rojas.

—Gracias... —miré mi reloj— Ya me tengo que ir.

—Nos vemos la semana que viene.

—Sí...

Fui hacia la puerta y antes de cruzar el umbral, me detuve, di media vuelta y respiré hondo para juntar valor:

—¿Está mal si le digo que me gustaría conocerla fuera de aquí?

Ella levantó una ceja y sonrió casi con picardía.

🥀 ATEEZ ONE-SHOTS (+18) 🥀Where stories live. Discover now