El único...

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Mi Karma, hace ya tanto tiempo que te fuiste...









Milenios.

Han pasado milenios desde que soy un dios.

Yo mismo fui el que recolectó las almas de mis queridos amigos y de mi amado.


Fue un proceso doloroso en el que ni siquiera Koro-sensei me pudo aconsejar, ya que al haber sido escogido como dios hace ya un tiempo atrás, le fueron oprimidas todas sus emociones. Por eso yo era...

Patético.

Un dios con emociones... es tan innecesario.

-"Sólo espera"- Me dijo Koro-sensei. - "Alguien recolectará tu alma y todo esto pasará".

Pero... ¿Cuánto tiempo más tenía que esperar a que llegara ese alguien?















No el suficiente como para estar preparado para este momento...



-"Vamos Nagisa, recolecta mi alma, prometo que me volverás a ver". - Sonrió amablemente Koro.

-"Koro, eres lo único que he tenido en todo este tormento y ahora me pides dejarme solo... No puedo...". 

-"Equivocado como al principio, no es que no puedas, es que no quieres". - Decía aún con aquel gesto.

-"Es lo mismo Koro-sensei". - Lloraba, en verdad me dolía pensar en que ya no estaría más aquí.

-"Querido Nagisa, todo tiene su fin..." -Suspiró. -"Sonríe para tu amigo y recolecta su alma."

-"No quiero... no puedes entenderlo, yo no sé que hacer...". - Insistí.

-"Haz tu trabajo dios de la muerte." - Lo odiaba, ese maldito título... Y por eso no tenía otra opción.

-"Te buscaré también en nuestra próxima vida". -Respiré hondo al mismo tiempo que limpiaba mis lagrimas, el alma de Koro perdía poco a poco su brillo, estiré mi mano hacia su hombro y antes de tocarlo le sonreí una última vez, después de mi toque su brillo se esparció a todo mi cuerpo, nombrándome como lo que más odiaba, el único dios de la muerte.


Dios de la muerte.Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα