8.🖌

6 2 0
                                    

CAPÍTULO 8

Maine

los viernes solían ser el mejor día de mi semana, me encantaban porque sabía que era el último día de clase, podía pasar toda la tarde haciendo lo que se me diera la gana y acostarme tarde haciendo lo que se media la gana, porque al día siguiente podía levantarme a la hora que quisiera.

Además, las tardes de los viernes tenían algo especial, algo único, sabían algo refrescante y bien sabía que era, libertad. Sentada en la azotea de nuestra casa, desde la cual me gustaba contemplar el atardecer de los viernes, sabía que eso tan único y magnifico que me albergaba al sentir la brisa fría y ver el cielo cubierto de cubierto colores, solo podía ser llamado libertad.

Libertad de hacer lo que quisiera, libertad de decidir, aunque fuera por un par de horas, el rumbo del día.

Ahora mis viernes habían pasado a ser una mezcla entre clases que detestaba y fiestas a las que odiaba ir.

-esto no está bien. -dice el profesor Anderson rayando prácticamente todo mi plano- te dije que mejoraras la composición ¿acaso no me escuchaste? -dijo con un tono más agresivo del que tal vez un profesor debería usar.

-yo...yo cambie lo que-

-¡está mal! -zanjó interrumpiéndome -te dije que esto no era funcional y creo que lo empeoraste ¿no te leíste el libro que te mande el de composición arquitectónica?

Quería decirle que sí, que de verdad lo había intentado, pero me resulto tan aburrido, tan poco interesante que no había podido pasar del primer capítulo. Porque lo cierto era que no me interesaba nada ¡NADA! De lo que decía ese u otro libro de arquitectura.

El suspiró con cansancio antes de tachar una gran x en medio de mi plano, por alguna razón ya me estaba acostumbrando a esa forma.

-repítelo, y trata de hacer algo que funcione la próxima vez ¿quieres?, el tiempo de creación de composición se está terminando, ya varios de tus compañeros ya empezaron hacer espacialidad. -me recordó a tono de reproche y asentí apretando los labios antes de volver a mi asiento- un arquitecto que no sabe de composición no sirve.

Y me importa una mierda.

Dije internamente mientras me sentaba en mi silla, Gia y Jana me dieron una mirada comprensiva, a lo que me esforcé por darles aunque sea una pequeña sonrisa para hacerles ver que estaba bien, pero no pude, no estaba bien. Odiaba esto, odiaba al imbécil del señor Anderson, odiaba esta materia, odiaba esta carrera.

Cuando me di cuenta, mis manos estaban temblando sobre el escritorio, mi corazón había comenzado a latir rápidamente y mi respiración se había vuelto un poco irregular, sintiendo el aire cada vez más pesado, haciendo que me costara respirar.

Tenía que salir de ahí.

Sin importarme nada tomé mis cosas y salí prácticamente corriendo del salón de taller para después salir de la facultad de arquitectura. Corrí sin rumbo alguno por el campus, pasando entre alumnos y profesores hasta que me quedé sin aliento y me detuve para apoyarme sobre mis rodillas y tratar de regularizar mi respiración.

El corazón me latía con fuerza, pero era más por el esfuerzo hecho y mis manos ya habían dejado de temblar. Respire hondo el aire fresco y me concentre en regularizar mi respiración.

-¿estás bien?

Levante la vista para ver una cabellera rosa y luego el rosto de Luka que me miraba con algo de preocupación.

-si...yo...yo creo que sí. -murmure incorporándome, pero me miro no tan convencido y se volteo para hacer unas señas a un grupo de chico detrás de él, lo cuales asintieron y se alejaron.

SWITCH - El Arte Del CambioWhere stories live. Discover now