SWITCH - El Arte Del Cambio

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CAPITULO 1

Maine

Hago trazos en mi Tablet mientras escucho los tacones de mamá resonando con cada paso, igual que cada mañana mientras se alista para ir al trabajo. Todos los demás nos concentramos en nuestras cosas excepto Robin que sigue a mamá con la mirada mientras se mantiene tranquilo a mi lado en el sofá, creyendo que pasa desapercibido hasta que...

—¡Robin bájate del sofá! —ordena la elegante mujer entrando en la sala.

El can la obedece a lo que ella me da una mirada de reproche, la cual ignoro para seguir dibujando.

—¿ya vieron? Lo nuevos vecinos ya se mudaron. —comenta mamá como si fuera el ultimo chisme sorprendente de la cuadra, y tal vez lo era, ya que aquí casi no pasaba nada, o simplemente no yo prestaba la suficiente atención.

Sin embargo, mamá no obtuvo respuesta alguna, ya que a mí no me importaba mucho aportar un comentario, además era muy temprano para que Dallas diera uno de sus ingeniosos comentarios sarcásticos y papá parecía muy concentrado en lo que fuera que estuviera escribiendo en la computadora de la sala.

Papá trabaja desde casa desde hace unos años, tenía reuniones afuera, pero la mayor parte de su trabajo lo hacía en casa, lo que lo había hecho una especie de padre amo de casa.

Miro de reojo a mamá la cual frunce el ceño y se aproxima a su cartera para revisar que lleve todo le necesario al trabajo, por alguna razón su cartera siempre olía como a tienda de perfume.

—¿me escucharon? —chilló molesta —tenemos nuevos vecinos así que hay que darles la bienvenida.

—podemos comprarles un pastel en esa nueva pastelería que abrieron al lado de tu oficina. —comenta papá apartando la vista de la pantalla — su pastel de queso es increíble.

—me parece bien. —sonrió mientras ordenaba su enorme cartera— iremos todos cuando vuelva del trabajo ¿vale? — entonces su mirada se posó en mi como un radar—quiero que hagan sus quehaceres y Maine, recuerda sacar a Robin.

Mi hermano menor y yo intercambiamos una mirada y supe de inmediato que no haría tal cosa como ir a ver a los nuevos vecinos, después de todo. el fuerte de Dallas no era sociabilizar, de seguro usaría una excusa para no ir.

—nos vemos, amores, y espero que cuando llegue hayan hecho los que les pedí. —su voz era una sutil advertencia antes de sonreírnos e irse.

Cuando escuche el sonido de la puerta puede soltar un sonoro suspiro. Voltee para buscar papá y tal vez convencerlo de sacar a Robin, pero el ya no estaba en la silla junto a computadora, más bien estaba en la entrada de la casa poniéndose su abrigo.

—ya vuelvo, me acabo de acordar que tengo que ir con el mecánico por unas piezas para la camioneta. —se acomoda su abrigo antes de acariciar la cabeza de Robin —no hagas almuerzo, voy a comprar pollo frito de ese nuevo lugar que nos gustó, escríbeme si hace falta algo.

Y con eso sale dejándome con las palabras en la boca. Frunzo el ceño y miro a mi hermano el cual teclea veloz mente en su laptop.

—entonces... —

—estoy ocupado. —me interrumpe de golpe y es lo único que dice sin dejar de teclear.

El a veces podía ser tan expresivo (que se note sarcasmo) así como a veces podía ser un bocazas y hablar de más, en especial cuando se molestaba.

Suspiro resignado y miro a Robin, nuestro gran labrador negro, el cual mueve su cola mientras apoya su cabeza en mi pierna y le sonrío.

—¿Qué dices Robin? ¿quieres un paseo? —pregunto acariciando su cabeza a lo que el ladra—pero tienes que portarte bien ¿vale? Nada de querer comerte a otros perros.