Siete

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Emilia

De las primeras cosas que le había dicho a Pedri cuando comenzamos a "llevarnos" era que no quería que pusiera mi trabajo en riesgo por sus juegos, claro al parecer él entendió compórtate delante de todo el equipo como un niño, pero bueno al final eso era.

Me molesto demasiado que me hiciera quedar mal frente a mi jefe, al final del día yo era la novata en este lugar y no era como que tuviera el puesto asegurado.

Emilia- puedes acomodarte

Pedri- estás molesta

- vaya si que es listo - pensé

Emilia- recuéstate en la camilla e indícame donde tienes la molestia - mantuve mi semblante serio

Pedri- perdón

Emilia- ¿donde te molesta?

Pedri- perdón - repitió a la vez que se acercaba a mi  - no quería generarte problemas

Emilia- pues lo hiciste

Pedri- lo se, es solo que no entiendo

Emilia- ¿donde tienes la molestia?

Pedri- ¿por que nunca quieres ser tú quien me atienda?

Emilia- no estoy jugando Pedro ... muéstrame donde tienes la molestia

Pedri tenía una sonrisa de lado y de la nada comenzó a quitar su camiseta, quizá si estuve durante semanas evitando verlo así por temor a que nuestra creciente cercanía me hiciera perder mi profesionalismo, el chico quien para ser tan joven estaba bastante marcado y era claro que lo sabía, me sostenía la mirada descaradamente mientras se desposaba de su playera

Emilia- recuéstate en la camilla - evitaba verlo

Pedri- ¿qué pasa? - ¿ahora se hacia el inocente? Como me apetecía golpearlo

Emilia- voy a .. voy a revisarte

Pedri- ¿estás nerviosa?

Emilia- ¿por que lo estaría? - lo mire con arrogancia - He mirado a medio club sin camisa

Pedri- si y ¿por que a mi no? - comenzó a acercarse

Emilia- ve a la camilla

Pedri- ¿por? - clavo su mirada en mis labios

Emilia- Pedri - puse mis manos entre ambos para tratar de alejarlo pero esto resultó peor ya que mis manos hicieron contacto con su piel cálida - no

Y de la nada esa noche en Ibiza vino a mi mente, como sus labios se movían al ritmo de los míos en una perfecta armonía, recordé como me senté sobre su regazo enrollando mis manos sobre su cuello, mientras sus manos recorrían mi espalda con desesperación y de repente el deseo de repetir esa noche me invadió y simplemente me deje llevar por él y cuando estábamos por besarnos

- Emi - ...... dijo alguien abriendo la puerta

- MALDICIÓN - gritó la voz en mi cabeza - van a despedirte

Emi ... li a - dijo Gavi mirándonos con los ojos abiertos de par en par al igual que su boca - yo solo quería .... Creo que ... ¿a que venía? .... No importa después hablamos - dijo saliendo aún más apenado que nosotros

Pedri- hey - dijo tratando de tomar mi mano la cual safe rápidamente - no pasa nada, el no dirá nada

Emilia- yo debo irme - dije alejándome de él y saliendo del consultorio

Solo un número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora