You & Me.| Luca Zidane.

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Ser un adolescente es difícil, ser un adolescente futbolista es más difícil, ser un adolescente futbolista hijo de una leyenda es prácticamente imposible y ser un adolescente futbolista hijo de una leyenda con un secreto muy oscuro sobre su madre es un infierno.

-¡Luca! -gritó mi madre por tercera vez, la vi abrir la puerta de mi recamara y verme acostado escuchando música en mis nuevos audífonos. -te estoy hablando, niño maleducado, tienes media hora para ir a cortar el césped del jardín.
-Enrique va a venir mañana, que lo haga él -respondí sin inmutarme un solo segundo.
-No, yo no le ordené a Enrique que haga eso, te lo ordené a ti y vas a ir a cortar el césped -me arrancó los audífonos y los aventó a la cama.
-Madre, los vas a romper -me quejé. -además, ¿por qué el jardinero si tiene arreglar cada maldita hoja de tus flores y no puede cortar el bendito césped?
-Porque yo soy la que le pago -
-Le paga papá -me sentía mal de contestarle así pero odiaba las órdenes.

En el segundo siguiente tenía la cara volteando al suelo y la mejilla ardiéndome, me había abofeteado.

-Ahora dejas de ser un niño rico y vas y cumples con tus responsabilidades -salió de mi habitación dando un portazo.

Me puse mis zapatillas deportivas y bajé al jardín a cortar el maldito césped, terminé en menos tiempo del que pasé discutiendo con mamá. Enzo llegó para la hora de la cena con una nueva chica, que sorpresa, el santurrón tiene novia.

-Entonces, ¿estudias diseño? -preguntó mamá a la novia de Enzo, volteé a ver el lugar vacío a mi derecha, papá estaba ausente, de nuevo.
-Si, nos conocimos en la escuela -sonrió y yo hice una mueca de fastidio.
-Théo -llamé a mi hermano. -arriba.

Él esbozó una gran sonrisa y usando la cuchara como catapulta lancé un trozo de papa al aire, Théo con su audacia habitual logró que la comida aterrizará en su boca. Mamá se puso roja de coraje, era una venganza por hacerme cortar el césped.

-Luca y Théo compórtense, no son niños -nos reprendió ella.
-De hecho, según la ley si somos -me hice el tonto con una sonrisa en el rostro.
-Ya hablaré contigo después, muchachito -
-Arriba, pequeñín -le dije a Elyaz y repetí la acción que con Théo, pero el bebé no era tan ágil y pegó en su ojo. -ya aprenderás, campeón.

Mamá, Enzo y la chica siguieron hablando, intentado ignorarnos. Cuando María trajo el postre comenzó lo bueno, era pastel de chocolate especial de Mari, Thomas intento hacer que yo lo atrapara pero en lugar de eso el pastel terminó en la pared.

-Se acabó, vayan arriba -mamá estaba de verdad molesta, tomé al pequeño en brazos y chocamos los cinco.
-¿Por qué la hicimos enojar ahora, Luca? -me preguntó Théo.
-Por hacerme cortar el césped -respondí sincero y removí el cabello de mi hermano.

Jugamos videojuegos unas horas y después los ayude con sus deberes de la escuela. Mandé a Elyaz a duchar y luego a la cama, unos minutos después hice lo mismo con Théo y al final me fui yo.

Estaba poniendo mi pantalón de la pijama cuando entró mi madre.

-Existe algo llamado puerta, si está cerrado no se puede pasar sin tocar antes -recordé lo que ella me dijo hace algunos años.
-¿Aún estas con eso? Luca han pasado diez años -se sentó en mi cama.
-No, vete de mi habitación, ese día perdiste todo mi respeto -la miré con asco, de la misma manera que la veía desde aquel día. -mira que engañar a mi papá en su propia casa... no tienes vergüenza.
-Sigo siendo tu madre... -comenzó pero la interrumpí.
-Ojalá que no, dime algo, ¿en realidad si soy Zidane? ¿O soy un bastardo? -escupí con frialdad. -¿alguno de mis hermanos es bastardo?
-Luca, cállate no sabes lo que estás diciendo -me pidió.
-No, por eso lo pregunto -

El amor en tiempo de fútbol. |One Shots.Kde žijí příběhy. Začni objevovat