Capítulo VI

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En el bosque encantado, una bella doncella de cabello oscuro llamada Cordelia, vagaba sin cesar por los más oscuros y terroríficos campos, colmados de inmensos troncos de árboles sin hojas, las cuáles descansaban caídas por doquier lo que la hacía a cada paso que daba, escuchar constantemente su crujir. La luz de la luna era la única capaz de facilitarle la vista del largo camino que recorría, sin saber siquiera su destino. Pero estaba decidida a descubrir cuál era realmente su misión, si llegaría a algún lugar o simplemente caminaria sin llegar a ningún fín. La doncella con gran valentía siguió su camino, sin dejar que los temores por las cosas y ruidos desconocidos que permanecían allí la detuvieran. De la nada y de repente, vislumbró a lo lejos una figura. Sus ojos entrecerrados no alcanzaban a deducir que era lo que se escondía detrás de la espesa niebla que le impedía divisar lo que se ocultaba tras ella. Caminó un trecho más. Su corazón latía tan vivamente y sus ojos verdes, a medida que se acercaba, se encontraban cada vez más abiertos considerando que tal vez, lo que se estuviera escondido tras la niebla, sea la razón de su tan largo viaje. No pudo divisar bien su rostro pero, por lo que veía, tenía la certeza que era un muchacho. Poseía un sedoso cabello azabache y una dulce sonrisa, capaz de conquistar a cualquier bella dama. Cordelia, con el fín de poder descubrir quién era esa persona misteriosa, se acercó más y más a este, pero, sin saber porque, él a medida que ella se acercaba se alejaba cada vez más, como si temiera que pudiera hacerle algún mal. Sin detener el paso siguió caminando hacia él, con la esperanza de que se detuviera. La niebla comenzó a disiparse, y antes de que el caballero se desvaneciera como una suave brisa en el viento, alcanzó a notar unos bellos ojos marrones tan familiares que la miraban con tal intensidad capaz de hacerla estremecer.
¿Será él su príncipe encantado?

"𝓜𝓲 𝓐𝓷𝓷𝓮 𝓬𝓸𝓷 𝓾𝓷𝓪 𝓔 "Where stories live. Discover now