Erling alzó una ceja mirando a su amigo— ¿Y si ella también quiere? Existe la posibilidad de que los dos estén pensando lo mismo y ninguno se esté animando a decirlo. Además, no creo que Sol tome la pregunta como que la estás presionando, son cosas que tienen que hablarse de tanto en tanto, muchas cosas pueden cambiar en un año Julián.

— Erling tiene razón, si no lo hablan nunca lo vas a saber, el que no arriesga no gana ¿no? —dijo Phil sonriendo.

Julián asintió, soltando un suspiro. Quería hablar con eso de Sol, solo necesitaba encontrar el momento indicado para no cagarla.

— ¿Ya terminaron? —Sol se acercaba de la mano con Ronnie, el nene con una sonrisita en su rostro.

— Sí, lo que significa que ya podemos volver a casa, ¿vamos campeón? —Phil se puso en cuclillas abriendo sus brazos hacia Ronnie que se acercó a él para que lo abrazara— Gracias por cuidarlo Sol, con Ronnie te debemos una. —dijo Phil, haciéndole cosquillas a su hijo que rió divertido— ¿Le dijiste gracias a la tía Sol? —Ronnie giró su cabeza para mirar a la chica soltando un "Gracias tía".

— De nada Ronnie. —Sol lo observó con una sonrisa, acercándose para tocar su cachete con ternura— Si llega a pasar otra vez no tengo problema en cuidarlo, ya lo hice varias veces con los hijos de otros de los chicos, me encanta pasar tiempo con los nenes. —Erling le dedicó una mirada a Julián como diciendo "¿Ves?", pero Julián simplemente sonrió acercándose a Sol para dejar un beso en su nariz con dulzura.

¿Vos ya estás amor? ¿Vamos a casa? —Sol asintió, tendiéndole su mochila a Julián y colgándose sobre sus hombros la suya donde tenía los papeles que había ido a buscar— Nos vemos mañana entonces chicos.

— ¡Chau chicos! ¡Chau Ronnie! Más te vale venir a visitarnos. —la chica de ojos chocolate les dedicó una sonrisa dulce antes de que con Julián comenzaran a caminar hacia la salida del predio— Antes de volver a casa tenemos que pasar por la panadería del centro, tenemos que buscar el postre para hoy.

Julián asintió— Sí, Enzo me dijo que llegaban como a las cuatro porque se había atrasado el vuelo, podríamos ver si tienen esos postrecitos que le gustan a Oli de paso. —comentó mientras abría la puerta del auto para Sol, para luego rodearlo y subirse él— ¿Cuál decis que es la noticia que nos tienen que dar, amor?

Sol arrugó su nariz ligeramente, pensando en qué podría ser— No sé, la última vez que hicieron eso era para contarnos que Enzo tenía el pase temporal en el City y que se mudaban para acá.

Y es que unos meses atrás, Enzo había sido cedido al City de forma temporal, y por ese motivo los tres se habían mudado a Manchester a un departamento que estaba ubicado bastante cerca de la casa de Julián y Sol, por lo que las visitas de ellos se habían hecho algo frecuente. Valentina y Sol pasaban mucho tiempo juntas con Olivia mientras los Enzo y Julián estaban en los entrenamientos o con actividades del City. Y ahora se encontraban volviendo de unas vacaciones a Argentina, de visitar a la familia.

— Yo lo único que espero es que nos hayan traído los dulce de leche y la yerba. —dijo el cordobés mientras colocaba su mano libre sobra la pierna de Sol mientras manejaba con la otra— Nos quedaba uno solo, a menos que alguien se haya levantado a darle a la madrugada con las chocolinas. —observó a su mujer de reojo, sonriendo con diversión al ver como Sol se hacia la desentendida.

— Ya te dije que hay lauchas en casa mi vida, pero vos no me diste bola. —dijo encogiéndose de hombros— Aparte imposible que no se acuerde si le rompiste las bolas toda la semana Juli, Dios mío si hasta le hiciste videollamada para elegir cuales querías. —la chica soltó una carcajada contagiando a su marido.

DAYLIGHT | julián álvarezWhere stories live. Discover now