parte 7

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—Así es, Alexander. Érick será tu nuevo asistente y es imprescindible que lo trates con respeto y cuidado o habrá consecuencias —le dije a Alexander. Érick parecía incómodo, moviéndose de un lado a otro.

—No tienes derecho a elegir a mi asistente. Además, ya tengo uno y comenzará mañana. Dile a tu amigo que no pierda su tiempo —respondió Alexander.

—Ah, ¿sí? ¿Y quién es? ¿La zorra con la que te estabas revolcando en el escritorio? —le dije exaltada.

—Así es, ella es mi nueva asistente. Y no creo que sea más zorra que tú. Me pregunto qué hiciste para que mi abuelo te confiara el mando de esta editorial.—

*MARISCAAAA, REACCIONA QUE TE DIJO ZORRAA*

Estaba lista para abofetearlo, pero Érick fue más rápido y lo tomó del cuello de la camisa.

—No vuelvas a hablarle así a la señorita. Independientemente de lo que haya sucedido, ella es una mujer y merece respeto.—

No sabía si reírme o terminar de abofetear a Alexander. No es común ver a alguien intimidar a otro que no es ni una cuarta parte de su tamaño.

Alexander parecía en estado de shock, sin moverse ni decir una palabra.

Érick lo soltó y salió de la oficina, cerrando la puerta de golpe.

—¿Qué se cree ese muchacho? Nadie va a venir a decirme qué hacer en mi trabajo —dijo Alexander, saliendo de su estado de shock.

—Te guste o no, él será tu asistente. Si no estás satisfecho, puedes quejarte con  abuelo como la mami que eres. Con permiso, tengo asuntos más importantes que atender —dije, saliendo de la oficina en busca de Érick para agradecerle por lo que hizo.

Después de buscar por un rato largo, lo encontré en una de las mesas de la cafetería.

—Hola —le saludé, pero Érick estaba tan concentrado que derramó café en su camisa y se quemó.

—Mierda... —exclamó antes de saltar hacia el baño. Después de 10 minutos, salió con una mancha en los pantalones que parecía orina. Y, como si fuera poco, empecé a reír, llamando la atención de todos en la cafetería.

*Pobre chico, probablemente no quiera trabajar aquí después de todo lo que pasó*

Mi conciencia siempre se encarga de hacerme sentir culpable.

—Lo siento mucho, Érick. Solo quería agradecerte por lo que hiciste en la oficina y terminé avergonzándote —le dije arrepentida.

—No se preocupe, señorita. Seguramente para mañana nadie se acordará de esto. Y con respecto a la oficina, solo hice lo que cualquier hombre haría por una mujer. El señor Alexander no debió hablarle de esa manera —respondió Érick.

Me di cuenta de lo amable que era y la forma en que se comportó defendiéndome. Definitivamente, este chico ha hecho más por mí que nadie en mucho tiempo.

—Eres una gran persona, Érick. Estoy segura de que tu vida mejorará a partir de ahora. Me encargaré de eso —le dije con gratitud.

—Gracias, señorita Jessie —respondió Érick, abrazándome.

—Por ahora, lo que necesitamos mejorar es tu apariencia. Vamos —lo llevé a una tienda para comprarle un traje nuevo, aunque le costó aceptarlo. Después, lo llevé a su casa para que descanse, ya que mañana es su primer día.

Decidí ir a la casa de mis hermanos para ver cómo habían estado. Al llegar, me encontré con el auto del señor Germán.

—¿Qué estará haciendo aquí ese molestia? —me pregunté.

Probablemente les había contado sobre la cláusula del testamento.

Entré a la casa y encontré a todos mis hermanos sentados en la sala, junto con el abogado de mis padres, quien estaba leyendo el testamento.

—Buenas tardes, chicos —les saludé interrumpiendo al señor Germán.

—¿Ya lo sabías? —me preguntó Tyler. Supuse que se refería a la cláusula.

—Disculpa? —respondí.

*Ay no te hagas la pendeja*

Pendeja tu abuela

*Es la misma que la tuya y a la abuela margarita le va a encantar saber cómo le dijiste*

Laqueno desaparece

—Desde cuándo sabes esto? —preguntó Sophie sacándome de mi conversación mental con mi conciencia.

—Hace unos días le informé a la señorita la situación—confirmo el abogado.

—Tenemos un año para casarnos y a ti parece no causarte ningún efecto? ¿Cuando se supone que nos ibas a contar? ¿Qué pretendías? ¿Quedarte con todo para ti? —me reprochó Tyler.

*Carajo!!, muchas preguntas juntas*

Sentí un gran dolor en mi corazón.

—Eso lo habría esperado de cualquiera, menos de ti, Tyler. Pensé que confiabas en mí, pero veo que no. Te importa más el dinero que yo —le respondí, conteniendo las lágrimas.

No les daría el gusto de verme llorar.

—Y sabes qué, quédate con mi parte también. Te la regalo. A ver si así eres feliz y encuentras a alguien que te quiera, aunque sea por tu dinero. Adiós —dije antes de salir de la casa, cerrando la puerta de golpe y dejando caer mis lágrimas. ¿Por qué mi vida siempre está llena de problemas sin solución? Si tan solo pudiera desaparecer y no volver nunca más.

Decidí dar un paseo para calmar mis emociones antes de regresar a casa. Cuando regresaba, vi que el auto del abogado y el de Tyler ya no estaban, así que supuse que no había nadie más en la casa. Entré al baño para despejarme, reviviendo los momentos felices que había vivido con mis padres en esa casa. Luego fui a mi casa a descansar, ya que sabía que el día siguiente sería agotador.

*Al día siguiente*

Me desperté con el sonido del maldito aparato que se empeña en separarme de mi cama y me dirigí al baño para ducharme. Al salir, vi dos llamadas perdidas de Alexander, pero decidí no prestarles mucha atención, ya que no volvió a llamar. Subí al coche y conduje a la editorial. Al llegar, vi a un grupo de personas en la entrada principal y los guardias de seguridad intentando controlar la situación.

—Señorita Jessie, estos periodistas insisten en hablar con el señor Alexander sobre una supuesta enfermedad que él tiene. Nos ordenó que no los dejáramos pasar —me informó uno de los guardias que intentaba mantener el orden.

*Mierda!! mierda!! mierda!! ALERTA ROJA, YA SE ENTEROO!!*

controlate loca, es es lo peor que puede pasar? Ambos tenemos el mismo poder en esta empresa.

Decidí ignorar a mi esquizofrénica conciencia y entrar por la parte trasera cuando recibí otra llamada en mi celular.

Llamada:

—¿Dónde demonios estás? ¿Y por qué hay periodistas queriendo hablar sobre una enfermedad que ni siquiera sé que tengo? —preguntó Alexander.

Sip, parece que ya se enteró...

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Cap nuevooooo. Ya sé que tenía olvidada la historia, pero no he tenido tiempo para escribir. Espero disfruten el cap.

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Guerra De PoderWhere stories live. Discover now