Humo

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Se había establecido algo parecido a una rutina.
Niall se levantaba a las seis de la mañana y estaba listo en 45 minutos.
Preparaba el desayuno y a las siete en punto levantaba a Lauren
(aunque cuando la veía así, tan dormida y tan bonita le daban ganas de meterse a la cama con ella).
Mientras él comía ella se vestía y cuando ella se sentaba en la mesa para comer el se tomaba el jugo, iba a lavarse los dientes y se despedían de manera dramática hasta que uno de los dos recordaba lo fundamental.
Niall no tenía auto, por lo que tenía que tomar el bus y debía apurarse.

En la floristería Lauren alternaba los trabajos. Al principio solo estaba en la caja pero a medida que pasaban los días, salía de detrás de la caja y ayudaba a los clientes (que casi siempre eran mujeres).
Como lo suponía, casi nunca veía a su madre, puesto que ese lo único que tenía ese lugar de ella, era su nombre.
Habían al menos diez trabajadoras mas en ese lugar, todas variaban la edad.
Ese día, por  aburrimiento mas que otra cosa, agarro unas rosas rojas (que serían descontadas de su sueldo) y se las ingenió para cortar las espinas, amarrar los tallos y hacerse una corona.
Sus días en el ejercito le habían enseñado a hacer todo por si misma.
Salía a las 4 del trabajo.
Y también regresaba en autobús.

Su teléfono sonó en medio del viaje.
-Louis esta raro- anunció Aria.
-Explica en que sentido. El ya es raro de por si.
-Parece guardar un secreto.
-Tranquila, convenceré a Niall para que hable con él.
-Grr. Ese "convenceré" me suena a sexo.
-Nunca lo mencione.
-Pero lo pensaste.
-Tal vez.
Llego al departamento y como faltaban dos horas para ver a Niall, limpio toda la casa, hasta verla reluciente.

Cuando no había nada que hacer, el resto de las reclutas fumaban. Sin importar si era día o noche o si hacía frío o un calor del infierno.
Lauren también aprendió a fumar.
Saco de su bolso un paquete que guardaba y encendió uno.
Se sentó en el suelo del balcón.
El resto de sus compañeras decían que ella fumaba raro. Y tal vez lo hacia.
Daba caladas lentas y el cigarrillo se consumía a paso de caracol. El humo hacia espirales que le recordaban al veneno.
(Me estoy matando y estoy muriendo).

-No sabia que fumaras.
-No lo hago
-Yo veo que si.
-Lo hago de vez en nunca, por lo tanto no fumo. Además. Eso no es un saludo.
Apago el cigarrillo en el suelo y se levantó.

Niall se veía tan guapo con las mangas    subidas.
Envolvió sus brazos en el cuello del chico.
-Te extrañe.
-Estas romántica.
-Son las estrellas.
Lo besó despacio.

-Traje algunos discos.
-Ojalá hayas traído a Amy.
-Siempre.
Busco uno de los discos de Amy Winehouse y lo puso en el equipo de música. Busco una canción en concreto.
Cuando empezó el ritmo empezó a bailar.
-There is no, greater love- cantó.
Niall la observaba, se había sentado en la cama.
-Levanta, levanta, quiero bailar.
Le hizo caso y ella volvió a envolver sus brazos en su cuello.
Él puso sus brazos en la cintura de ella.
Lauren se sentía como si hubiera descubierto algo, algo como la paz. El secreto del mundo.
(Niall, Niall, Niall, Niall)
-Te quiero- murmuró Lauren sobre sus labios.
A el chico no le hubiera importado que ella chupara su alma una y otra vez.

National Anthem |n.h au|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora