Huir

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El frío de la mañana no podía traspasar su cobija.

La noche anterior, después de que ay Jesús ni siquiera podía pensarlo sin ponerse roja, empezó a hacer demasiado frío como para solo tener una sábana.

Así que entre los dos buscaron más colchas en el armario (desnudos) y volvieron a la cama a dormir (sin vestirse, valga la redundancia).

Pero ahora...

Por algún motivo o razón, fumar en el balcón la ayudaba a pensar, o cuando no sabía que sentir.

Se sentía extraña. Como llorosa y emocionada y triste

(la noche anterior, la noche anterior, la noche anterior).

Había sido precioso.

Nunca se había sentido más feliz.

De alguna manera sentía que algo cambiaria y no sabía que pensar y sentía cosquillas en el estómago.

Niall se revolvió entre las sabanas, contento y sintiéndose casi completo, hasta que sintió el lado vacío.

(No se fue, por Dios, ella no se fue)

Se levantó de un salto- o lo mejor que pudo porque estaba recién levantado y se mareo un momento-. Pero se llenó de pánico porque de repente Lauren no estaba y corrió hasta el baño pero ella no estaba ahí. Ella solo se había ido y lo había dejado a pesar de que le había jurado que lo amaba.

Comenzaba a hiperventilar.

(Lauren no, por favor no).

Justo antes de que le dé un ataque de pánico, ella apareció por la puerta del balcón.

Envuelta en una cobija, despeinada y somnolienta.

Tal vez pasaron minutos hasta que noto que la observaba como un bobo.

Lauren apenas lo vio, y entonces él la abrazaba como si ella se fuera a desvanecer.

-Estas aquí, estas aquí- murmuraba.

-Estoy aquí- respondió Lauren, devolviéndole el abrazo.

Con él se sentía como un gato, hasta podría ronronear. Niall era su bola de estambre (hasta la hacía pensar idioteces). Entonces ella noto que temblaba.

-¿Amor? ¿Qué sucede?

Él lloraba.

No como cuando se volvieron a ver.

Ni cuando se fue.

Lloraba como si le doliera, como si estuviera sufriendo.

-Yo no puedo seguir así.

-No sé de qué hablas- murmuró Lauren.

-Ayer casi te vas. Estuviste a punto de irte.

-Yo... Lo siento, y-yo me entere de cosas que quisiera no haber sabido y...

-Lauren, no.

¿Qué significaba eso?

-Yo no quiero que me dejes- su voz sonaba quebrada- no podría soportar que me dejes de nuevo. Y dices que me amas pero no te importa si tienes que huir sola.

Entonces cayó de rodillas y abrazó las piernas de Lauren.

-No voy a soportar que te vayas. Yo no quiero que me dejes. Lauren Amelie yo te amo y quiero estar seguro de que tú me quieres a mí y de que, si sucede algo, no serás tú sola huyendo contra el mundo. Me tienes a mí. Quiero que te cases conmigo.

Ella pasó por torturas y cansancio.

Le endurecieron el corazón día a día.

Pero Niall estaba de rodillas ante ella, vulnerable, y ese gesto la conmovió tanto que cuando se dio cuenta ya estaba llorando.

Lo soltó solo para arrodillarse y volver a abrazarlo.

Ella no lo dejaría. En ese momento lo supo todo. Niall era el vacío que siempre sentía y lo que necesitaba. No podía huir más, ni por todos los secretos que escuchara.

Perdonar y amar.

Besó a Niall en la boca y le sujeto la cara.

-Sí, te amo, te amo.

National Anthem |n.h au|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora