Just the beginning

Lo miré, mientras me entregaba un vaso con jugo de manzana y le sonreía.

Su cabello estaba largo, con sus algo parecido a rizos a ambos lados de la gorra que casi nunca se quitaba.

— Así que, ¿pensás dejarte crecer el cabello hasta que te confundan con un hippie?-bromeé, mientras el castaño claro se sentaba frente a mí con otro vaso, de un jugo algo más extraño que preferí no probar, él rió, asintiendo y dando el primer sorbo a su jugo. — Bueno, a mi no me gustan los hippies.-me encogí de hombros y bebí de mi jugo, mientras el chico frente a mí se atoraba levemente con su jugo.

— ¿En serio?-tartamudeó al principio, sorprendido y yo asentí.

— ¿Por qué te mentiría Keaton?

— ¿En serio no te gustan los hippies?-podía ver la preocupación en su rostro, estaba muy afligido por mi opinión, y yo ya no aguantaba la risa.

— Aja.-volví a asentir y él desvió su mirada.

En verdad me rompía el corazón cuando hacía eso.

Mordí levemente mi labio y levanté su cabeza, delicadamente con una mano, obligándolo a mirarme.

— No me gustan los hippies… Porque el único que me gusta sos vos, con cualquier estilo que te pegue la gana llevar Keat.-le sonreí, acariciando su mejilla.

Me volvió a sonreír y besó mi mano delicadamente.

— Te amo tanto.-besé su nariz dulcemente. — Pero odio tus bromas pesadas.-frunció el ceño, y yo reí, mientras lo abrazaba. — En serio Nicole, ¿qué necesidad tenías de jugarme una broma como esa?-volví a reír, amaba oírlo preocupado. — A mi no me causa.-hizo un tierno puchero y yo volví a morder mis labios, enternecida.

— Sabes que te amo Stromberg, y que no dejaría de hacerlo aunque te rasuraras la cabeza y te depilaras las cejas como un turro.-ahora él rió y besó mis labios velozmente, amaba cuando hacía eso.

En realidad, amaba todo de él, su sonrisa, sus ojos, su cabello, su humor, su risa, su voz, su obsesión con los gatos, todo en él me parecía adorable y encantador.

No por nada le había dicho que sí, hace ya seis meses, cuando me pidió que fuera su novia.

Narrador Omnisciente.

Él seguía pegado dulcemente a sus labios, mientras acariciaba dulcemente su mejilla y ella hacía lo mismo, con el cabello en su nuca.

En ese momento, no existía nadie más, solo estaban ellos dos.

— ¿Qué les dije sobre las muestras de afecto en el lugar dónde como?-habló el castaño de iguales ojos, arrojándoles un pan y provocando que se separaran.

— ¿Y qué te dije yo sobre tirar a mis hermanos Beliebers?-la castaña tomó el pan y lo acarició, mientras su novio y su cuñado reían. — Sinceramente Wesley, tengo que conseguirte una novia.-bromeó Nicole y Wesley rodó los ojos, mientras se sentaba frente a ellos, y entablaban, de manera increíble, una conversación algo normal. — Ya me tendría que ir.-miró el reloj de su celular, era casi hora de la cena.

— Te acompaño a tu casa.-ofreció su novio y ella asintió sonriendo.

Se puso de pie, y saludó a su cuñado.