Día 1

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=La voz de los antiguos, Día 1=

Un relato de Bryan Silva

Habían pasado 5 días desde que el grupo de arqueólogos había entrado en las ruinas subterráneas. Estas eran como un interminable laberinto de estrechos pasillos de piedra negra. El ambiente era frio y pesado, y era difícil respirar. Habían llegado allí pensando que podría tratarse de un antiguo templo de los Fey. Pero lo encontraron cambiaría para siempre el mundo.
El primer día estuvo lleno de emoción, habían hallado un extraño grabado en la pared del pasillo. Era un idioma que no entendían, ni habían visto antes. Los trazos parecía runas alargadas y finas.
-Esto parece alguna clase de estivano antiguo, quizá es algún conjuro de protección -Dijo el capitán de la misión. Y luego paso su mano por el grabado; era frio al tacto y liso como el metal. Una leve hormigueo recorrió sus dedos hasta la muñeca y luego desapareció.
Copiaron el grabaron y siguieron recorriendo los interminables pasillos.
Pero cuando cruzaron uno de los pasillos, una gran compuerta de metal negro se cerro detrás de ellos. Impidiéndoles volver.
-Parece que activamos algún tipo de defensa- El capitán se giro hacia uno de los muchachos de la expedición y le grito -Por que no nos advertiste! Eso podría habernos matado a todos. Necesito que hagas tu trabajo o moriremos todos!- El chico pensó en responder, pero luego titubeo, encogió de hombros y dio un paso adelante; junto sus manos y pronuncio una frase en estivano. De el surgió una onda rojiza, que recorrió el pasillo que tenia delante y mucho mas allá. -Esta limpio, debería ser seguro- Dijo con voz apagada y decaída.
El capitán ordeno a un par de hombres que se quedaran para abrir la compuerta, y el resto siguieron.
-Tranquilo, no se lo tengas en cuenta, si. Sabes como se pone el capitán cuando estamos en una misión- Dijo uno de los miembros de la expedición al chico. El hombre hablaba con voz amable y segura. Era el mas viejo de la expedición y el encargado de la defensa del grupo; portaba una fina espada atada a la cintura y caminaba con el porte de un rey. -Lo se, lo se, Alder. Pero sabes, aveces quisiera que no fuera tan exigente. Lo hago lo mejor que puedo, y aun así no es suficiente para el. Nunca es suficiente...- Respondió el muchacho. El chico no podía tener mas de 16 años. Era de rasgos delgados y largos cabellos negros. Vestía una túnica verde oscuro y llevaba un colgate en forma de estrella en el cuello.
El grupo siguió los pasillos hasta llegar a una gran estancia de techo abovedado. El lugar parecía vacío y solo tenia otra entrada. Para entonces estaban cansados y hambrientos, así que decidieron descansar allí. El chico pronuncio otra frase en estivano y las entradas de la estancia resplandecieron con una ligera luz roja que se apago luego de un instante. No paso mucho hasta que los hombres que habían dejado atrás volvieron con las noticias de que había travesado la compuerta, y ya estaba despejado el camino de salida.
Uno de ellos era un hombre corpulento y de baja estatura, con una espesa barba muy bien cuidada. Vestía una pesada túnica de cuero marrón que le llegaba a los tobillos y llevaba en la espalda una pesada mochila repleta de herramientas y artilugios. Su nombre era largo y complicado de pronunciar, así que todos lo llamaban ''Finas''.
El otro era delgado y de rasgos marcados. Portaba dos dagas en la cintura y un pequeño bolso con herramientas en el. Llevaba una túnica de tela negra y tenia una antigua cicatriz que cruzaba su mejilla izquierda hasta llegar a la oreja. Su nombre era ''Neldio'', y era experto en abrir cerraduras y mecanismos.
Cuando todos se hubieran acomodado, comido y bebido. El capitán se levanto y camino hacia una de las paredes de la estancia, seguido de el encargado de la defensa. -Alder, esas inscripciones de antes; no eran estivano. No se de que se trata, pero estamos detrás de algo grande- Dijo el capitán, con voz temerosa. -He visto tantos libros del idioma de los fey que se que obviamente eso no es estivano. No se que intentas, Xilas, pero no es bueno que les mientas a tu equipo- Respondió Alder, con tono conciliador. El capitán titubeo y pensó durante un instante su respuesta. -Yo... al principio creí que si lo era. Pero luego de observar la copia mas de cerca, puedo darme cuenta de que no lo es. No les he mentido ha nadie, solo hice una deducción apresurada- Entonces hizo una pausa y siguió hablando, pero con la mirada perdida en el pasillo que seguía.
-Sea lo que sea. No es algo que haya visto antes. Quizá tiene algo que ver con los Kripsan. O quizá sea algo que nadie haya visto antes- De pronto su rostro se torno en una expresión de jubilo, aun con la mirada fija en el pasillo. -Si, esto es lo que estábamos deseando. Un gran descubrimiento. Estamos justo en el lugar que habíamos deseado. Duerme ahora, viejo amigo; mañana sera un gran día-.

Un relato de Bryan Silva

La voz de los antiguosWhere stories live. Discover now