» 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎 «

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Harry se sentó delante de su laptop y conectó el USB con la información que había robado de la estación, revisó cada uno de los archivos y nada. No tenían una sola pista de los asesinos de Dave, golpeó la mesa con su puño intentando liberar la frustración que sentía. Era imposible que no hubieran encontrado nada, ni siquiera una sola huella.

Se dirigió a su habitación y comenzó a revisar todos los informes, cada cosa que había logrado hallar. Tenía que descubrir dónde sería la entrega, pero la verdad era que podía ser en cualquier parte de la ciudad o incluso fuera de ella. Se pasó toda la noche buscando algo que lo ayudara hasta que se quedó dormido en el suelo del dormitorio.

Abrió los ojos y levantó la mirada encontrándose con el reloj de la pared, se percató de que estaba llegando tarde al entierro. Se cambió lo más rápido que pudo y condujo hacia el cementerio, sin embargo, la ceremonia ya había terminado. De todas formas se acercó a dejar las flores que compró en el camino, no podía negar que se sentía culpable.

Dave se había metido en el caso para ayudarlo y no dejaba de pensar en que si él no hubiera insistido, tal vez hoy seguiría con vida.

—Encontraré a los malditos que te hicieron esto —colocó las flores sobre aquella lápida—, y los asesinaré con mis propias manos.

Recorrió los largos senderos del cementerio intentando aclarar sus pensamientos y a lo lejos pudo ver al forense subiéndose a un coche. Apresuró sus pasos hasta lograr alcanzarlo y se metió dentro del vehículo.

—¿Qué diablos haces? —preguntó sorprendido.

—Necesito hablar contigo —lo miró.

—Ayer me apuntaste con un arma —se cruzó de brazos—. No pienso hablar contigo, así que bájate de mi auto.

—Siento mucho lo que sucedió —dijo sincero—. No estoy pasando por un buen momento y a veces no pienso con claridad.

—Por más que quiera, no puedo hablar conmigo sobre el caso —Niall suspiró cansado—. El teniente nos prohibió darte información.

—Él no está aquí —insistió—, necesito saber si encontraron algo en la casa, huellas o lo que sea.

—No encontraron nada relevante —lo observó indiferente—, pero tienen a un ex novio de su esposa como sospechoso.

—Maldita sea, están encubriendo a los verdaderos responsables —golpeó la puerta del coche.

El rizado bajó del coche y vio como el forense se alejaba, había algo en ese chico que no terminaba de convencerlo.

[...]

Louis tuvo que acompañar a su jefe al aeropuerto, ya que la mercancía estaba a punto de llegar y necesitaban estar presentes para corroborar de que todo haya salido bien. El coche que los llevaba se adentro a la exclusiva área privada, que prácticamente ya les pertenecía, y el castaño observó por la ventanilla el lugar. Se percató de que había guardias por todas partes y un momento después se detuvieron cerca de la pista de aterrizaje para bajar rápidamente del vehículo.

Axel más sonriente que lo habitual, los estaba esperando junto al avión. El moreno fue el primero en acercarse y hablar con él mientras que su acompañante permanecía a unos metros de distancia viendo a su alrededor.

𝐋𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎, 𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 » 𝐋𝐀𝐑𝐑𝐘.Where stories live. Discover now