Extra 1

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Esa era segunda semana desde que Jennie y Lisa tenían a sus cachorros después de nueve largos meses de espera. Y como era de esperarse, no estaba siendo nada fácil.

Apenas eran las cuatro de la mañana, Lisa caminaba somnolienta y tarareaba una canción a uno de los bebés. Lo cargaba en brazos mientras trataba de no quedarse dormida. El bebé sollozaba moviendo sus pequeñas manos, tenía sueño también.

A un lado, sentada en el suelo y con la cabeza recostada a un borde de la cama, estaba Jennie, cargando a la única mujer. La castaña ya se había dormido con la boca semiabierta, e inconveniente, abrazaba aún a Lía que también dormía.

Casi por los pies de Lisa, Leo daba su mejor esfuerzo también para no quedarse dormido, eran dos días en los que no pudo pegar ni un ojo por ayudar a Lisa y a Jennie.

Balanceaba la cuna de los bebés con una de sus patas, su cabeza cabeceaba por el sueño. Dentro de la cuna, Yoongi y Pepito se quedaban dormidos finalmente después de dos horas.

Leo cayó al suelo, quedándose dormido en tan solo segundos.

_Gracias, amigo...- murmuró Lisa con los ojos pesados.

***

_¿Ya está listo? - Lisa volvía a preguntar, Jennie cocinaba, traía el cabello desordenado y una grandes orejas, al igual que Lisa - cariño, tengo hambre.

Jennie la miró extrañada al verla sola.

_¿Dónde están los bebés?

_Ah... están con Leo, los está cuidando un rato, le dije que iba al baño.

En el cuarto:

_¡Hijos del diablo! ¡SUELTENMEEEEE! - los bebés, al ya tener cinco meses, podían tomar las cosas con sus manitas, y una de las cosas favoritas, era al gato y su peluda cola junto a sus orejas - ¡Sueltenme, mocosos! ¡LISAAAAA! ¡AYUDA! ¡LISA!

_¡YA VOY! - avisó la rubia desde la cocina, dándole mimos a Jennie e ignorando por un momento los pedidos de Leo.

***

Lisa cambiaba el pañal de Lía, Jennie estaba ocupada creando sus nuevos diseños en la sala y el resto de los bebés estaban sentados en el tapete del piso, estando abrigados y con sus respectivos juguetes.

_No entiendo qué comes, Lía - Lisa negaba, su olfato era más sensible - pero el tuyo siempre es más potentes que la de tus hermanos.

Jennie dibujaba concentrada sobre la hoja, cuando inconscientemente giró a ver un momento a sus hijos, volvieron a girar a ellos al darse cuenta que uno faltaba.

Se puso de pie de inmediato y pasó al lado de Lisa, viendo que en el tapete solo estaba la ropa de Pepito.

_¿Dónde está Pepe? - preguntó Jennie, Lisa diviso el tapete y se preocupó al no verlo.

Escucharon un ruido en la cocina y ambas quisieron ir, pero Jennie detuvo a la rubia.

_Yo voy - se apresuró a llegar a la cocina.

Por debajo de la alacena, uno de los cajones estaba abierto, dentro se escuchaba ruido.

_¿Es Pepito? - preguntó Lisa ya cargando a la bebé.

Una Loba Como Mascota Where stories live. Discover now