Muevo mi boca a su otro pecho y mantengo el ritmo.

Todavía sin dejar de besarla, deslizo una mano hasta sus pantalones. La tela es suave y flexible, por lo que no tardo en atravesar el elástico y hundirme entre sus piernas.

Ella gime con fuerza, y abre los ojos al tope, mirándome con un brillo cadencioso y desesperado.

Su centro está tan húmedo que puedo sentir la sangre bombeando por mi pene, endureciéndolo. Respiro con dificultad, y deslizo un dedo entre sus labios, humedeciéndome en su calidez. Sus dientes enganchan su labio, y tira de mi cabello con fuerza.

—Estás tan mojada... —mascullo.

Y empujo mi dedo dentro de ella arrebatándole un gritito.

—Se siente tan...

—¿Cómo se siente, nena? —le exijo—. Dime cómo se siente tenerme dentro de ti.

Meto otro dedo y comienzo a acariciar sus paredes con movimientos oscilatorios.

—Hum... bien.

—Quiero verte —le digo. Saco mis dedos de su pantalón, me siento sobre mis talones y me aclaro la garganta—. Tócate para mí.

Su respiración sale como un silbido de sus labios. Tiene la boca entre abierta y atestiguo sus labios hinchados.

—Justin... —Entonces, sus manos caen sobre el botón de su pantalón.

Comienza a sacárselo y la ayudo. Queda en bragas frente a mí y sus pezones se alzan. Se rueda en el mueble para estar más cómoda y me sostiene la mirada cuando juguetea con el elástico de sus bragas. Su índice juega con el bordillo mientras que sus otros dedos acarician la humedad por encima de la tela rosada. Toma aire a través de los labios y hunde sus dedos hacia ella.

Me quito la camiseta cuando empiezo a sudar mientras no le quito los ojos de encima. Su mirada azulada refulge con un brillo sensual y tentativo. Se muerde el labio al empezar a mover sus dedos dentro de ella.

Mierda... debería detenerla.

Algo comienza a molestarme en los pantalones, y veo mi erección luchando para sobrepasar la tela. Aterrizo mi mano sobre mi pene, y masajeo por encima de la gruesa tela de mis vaqueros sin dejar de mirarla.

Ella arquea la espalda y aprieto más fuerte perdiéndome entre sus pechos, moviéndose de arriba abajo al igual que su mano. El calor me inunda de pies a cabeza, y la lujuria apenas me permite respirar o ver con claridad.

—Justin... creo que... —jadea.

—¿Vas a venirte?

Asiente, sin dejar de darse placer y dármelo a mí.

—Sí.

—Resiste un poco más, nena —le suplico, enronquecido.

—No creo que pueda...

Y comienza a empujar sus caderas hacia su mano. Veo la capa de sudor que le baña los hombros y los pechos. Luce tan sensual y jodidamente angelical al mismo tiempo. Entonces, mi mano hormiguea por estar en su lugar, pero dirijo todos esos estímulos a mi cuerpo.

Desabotono mis vaqueros y los arrastro junto a mi bóxer negro hasta que desaparecen de mi cuerpo y se pierden en algún rincón de la sala. Suspiro con fuerza cuando mi mano envuelve mi miembro y comienzo a moverlo. Está muy duro y caliente, y palpita por sentir su humedad a mi alrededor.

Sus ojos capturan mi cuerpo y sus movimientos incrementan su intensidad.

Puedo anticiparme a su orgasmo avecinándose, así que ahueco sus talones y tiro de sus piernas para acomodarme entre ellas y alcanzar sus labios. Su boca caliente se cierne con la mía, y me roba el aliento cuando besa mi cuello y sus manos se deslizan por la anchura de mi espalda.

Tentación Irresistible © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora