13|Romeo.

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Justin


El corazón me salta en volteretas enérgicas dentro del pecho. Me concentro en el tamborileo del pulso en mis sienes. La respiración me silba entre los labios secos. Látigos se hunden en la carne de mis piernas, recorriéndome desde la nuca hasta los talones. Me arde el cuerpo entero a pesar de las gotitas de lluvia que salpican desde el cielo.

No me detengo.

No paro de correr, aunque todo a mi alrededor grita que lo haga.

Mis movimientos se vuelven cada segundo más desesperados mientras cruzo el campo entero con el balón entre mis manos. Pongo la vista en mi objetivo: la línea blanca marcada con tiza en el extremo del vasto rectángulo. Tomo una honda respiración por la boca, y me impulso sobre mis pies.

Me siento seguro.

Demasiado.

Cada pieza cae en su lugar.

Pero justo cuando creo que lo lograré... alguien se mete dentro de mi jugada maestra.

Un alguien con nombre, apellido y la cara de culo más monumental que alguna vez haya evidenciado.

Chandler Robins.

Solo me limito a sentir el crujido de mis huesos contra los suyos. La pelota revuela hacia lado opuesto, quedando fuera de mi alcance. Gruño, y le lanzo una mirada voraz al idiota que se ha metido en mi camino. Me ha costado la última anotación. Sus ojos no demuestran arrepentimiento.

—¿Por qué mierda hiciste eso? —le reclamo, claramente enojado.

Chandler se frota la mandíbula mientras se mueve fuera de mi cuerpo. Su actitud grita petulancia, arrogancia, y un poco de mierda.

—Sólo estamos jugando, Justin.

—¡Al futbol! ¡No a los putos bolos! ¡O a las derribadas!

Él esboza un mohín, y se encoge de hombros.

—No me culpes porque no sabes perder. —Estira los brazos a sus costados, y su sonrisa se vuelve más intensa —. Solo es un juego.

Echa a correr en la otra dirección, mientras me quedo en el suelo, con el culo enterrado en el fango cubriéndome de gotitas de lluvia. Pronto, alguien se planta frente a mí. Me tiende su mano. La escaneo antes de mover mis ojos a su cara. Es Fergus.

—¿Otra vez con sus hormonas?

—Parece una perra en celo. —Tomo su mano, y hago un gran esfuerzo en recuperar la fuerza de mis piernas. Siento el culo lleno de lodo. Pongo un puchero—. Yo creía que nadie pudiese ser más hormonal que Hans.

Fergus se ríe.

—Solo sigue dolido.

—¿Porqué su papa me quiere más a mí?

—También por eso. Pero porque desde que llegaste te has robado su lugar en Tufts.

—¿Robarme su qué?

—A ver, antes de que llegases Chandler Robins era el icono de Tufts. —Caminamos en dirección a las gradas solitarias. Esta tarde nadie ha venido a lanzarnos las porras por la tormenta que se desato desde la madrugada anterior.

Siento un hormigueo en mi vientre al hacer memoria acerca de la madrugada anterior.

Fergus prosigue con su absurda explicación. —...cambiaste todo para él.

—Fergus... —Lo hago detenerse. Hundo una mano en su hombro, y elevo las cejas—. Nunca escuche algo tan tonto como eso.

—¡Pero piénsalo!

Tentación Irresistible © [Completa✔️]Where stories live. Discover now