capitulo 2

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Han pasado días, quizás dos semanas. Los chicos seguían como siempre, dándose cabezazos y peleándose juguetonamente, pero también cuidando de mí con un cariño que no entendía del todo. Desde que Ferdinand se fue, todo se volvió un poco más solitario. Ese día, el señor Moreno me llamó y fui con él.

**•Presente•**

El señor Moreno estaba acompañado de una amiga suya.

—No te preocupes, Moreno, yo me encargaré de criar a la ternera —dijo Martina con voz firme.

—No tienes que hacer esto, sabes que puedo encargarme yo —replicó Moreno, con un tono de resistencia.

—Para nada, ¿por qué crees que hice todo este viaje? —Martina sonreía, pero su determinación era clara.

—Bueno, es verdad que tú...

—No he terminado de hablar —lo interrumpió, con una mirada que no admitía réplica.

Sin embargo, el sonido de la ternera interrumpió su conversación, haciendo que Martina se volteara a verla.

—Pero qué linda es —dijo Martina, con una ternura que suavizó su rostro.

La ternera no se movió mientras Martina la acariciaba suavemente.

—No te preocupes, yo me encargaré de que sea perfecta —prometió Martina, con un brillo en los ojos.

—Pero sobre eso... —empezó a decir Moreno, con preocupación.

—No te preocupes, te la regresaré cuando sea más grande. Pero en fin, ya tengo el transporte, así que me la llevaré ahora —dijo Martina con determinación.

—¿Tan rápido? Creí que vendrías en dos días —dijo Moreno, sorprendido.

—Cuanto antes, mejor. Voy a revisar que todo esté bien. No tardo —respondió Martina, mientras se preparaba para partir.

Martina se fue, dejando solo a Moreno y a la pequeña ternera. Moreno se agachó para estar a su altura, sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y esperanza.

—Escucha, te irás con ella por un tiempo, pero cuando seas más grande regresarás a la casa del toro —le dijo mientras acariciaba su pequeña cabeza con cariño.

La ternera no entendía lo que estaba pasando, y ¿qué significaba eso de volver más grande? Muchas preguntas llenaban su pequeña cabeza, pero fueron interrumpidas cuando Martina volvió con ellos.

—¿Todo está en orden? —preguntó Moreno, levantándose para dirigirse a Martina.

—Sí, ya tenemos que irnos —respondió Martina, acercándose a la ternera—. No te preocupes, pequeña, yo misma te haré una hermosa vaca.

Con una señal, llamó al camión. La ternera tragó saliva, su corazón latiendo con fuerza. Miró a los otros terneros, que la observaban con preocupación. Ninguno sabía lo que estaba pasando. Ella se limitó a sonreír tímidamente hacia ellos antes de subir al camión.

Esa fue la última vez que los vio.


Años más tarde•

Actualmente Ferdinand disfrutaba de la compañía de Nina, Juan, Paco, y del ambiente que lo rodeaba. Con el paso de los años, creció hasta convertirse en un imponente toro. Todo parecía felicidad hasta que...

Un nuevo día amanecía. Ferdinand se levantó muy temprano, se estiró y luego se acercó a Jorge, el gallo, con entusiasmo.

—Jorge, arriba amiguito... ¡Rápido, Jorge! ¡Despierta! ¡Ahora! —gritó tanto que Jorge se despertó sobresaltado.

entre las flores siempre te encontraré Ole el viaje de Ferdinand Où les histoires vivent. Découvrez maintenant