K!Quackity x tú || 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐡𝐨𝐬𝐞𝐧 𝐎𝐧𝐞

V. 𝑱𝒖𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐

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❝【 𝑱𝒖𝒓𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 】❞

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Quackity:

Mi cabeza me dolía, aún no abría los ojos, pero sentía que si los abría, mi dolor aumentaría. Poco recuerdo de ayer, para ser exactos, nada después de la cena.

Abrí mis ojos con pesadez, y en efecto, sentí una punsación en mi cabeza.

— Ay, cabrón. — me quejé. — Pinche cruda.

Ah, pero ayer bien que pedía que me pasaran otra y otra y-

¿Quién esta durmiendo en mi cama?

Mis pensamientos de ayer se vieron interrrumpidos al ver que había una figura debajo de las cobijas de una de mis camas. No podía ser uno de mis animales, pues la figura parecía ser de un humano.

— No, no, no... — comencé a lloriquear. — No puedo ser papá todavía.

Después de hacer un pequeño drama, suspiré e intenté recordar lo que había pasado anoche.

Como mi memoria no funcionaba muy bien, me dedique a observar los pequeños detalles a mi alrededor, por ejemplo, yo me acababa de despertar en el suelo, sentado en la orilla de mi pared.

— Okey, Quackity, no dormiste con nadie. — me dije a mi mismo, relajándome.

Si yo estaba dormido en el piso y la otra persona estaba en mi cama, estoy medio seguro que no paso nada.

Medio seguro.

Con pesadez me levanté del suelo, para dirigirme a paso lento hacía la cama y por fin encarar a la persona que estuviera durmiendo en mi propiedad.

Tomé la cobija de la esquina y luego la jalé con brusquedad.

— ¿¡Quién chingados eres y qué haces en mi- — no completé mi frase al ver a la chica que dormía a gusto. — ¿_____?

Debido a mis gritos, _____ abrió los ojos asustada, mirándome con confusión y después cayendo en cuenta que estaba en mi casa.

— Primero que nada, buenos días. — la salúde. Los modales hacen al hombre. — Segundo que nada, ¿qué hacías durmiendo aquí?

Vi como se comenzó a poner nerviosa, al igual que se sonrojo levemente.

— Seguro no lo recuerdas porque estabas borracho, pero te acompañe hasta tu casa y me dejaste encerrada — platicó, seguido de soltar una risa burlona. — Ayer estabas muy borracho.

— No es cierto. — me excusé. — Apenas y tomé poquito.

— Quackity, ayer le intentaste coquetear a tu propio tarro de cerveza.

Ahora el sonrojado era yo.

— Las cosas que inventa cada gente. — reí, trabándome por la vergüenza que sentía.

______ se río enseguida conmigo, o tal vez se reía de mí, quien sabe. Me aclaré la garganta y puse mi mano en mi pecho, mirándola con seriedad.

— Yo, Quackity, juro no volver a emborracharme para no hacer el rídiculo de nuevo. —juré. — Siendo mi único testigo de esta promesa, la señorita _____.