✨3. LA PRIMERA MUERTE✨

Comenzar desde el principio
                                    

Como pude solté la soga que sostenía mis manos, salté de la cama apenas pude, tratando de recoger la poca dignidad que aún me quedaba, pero fue en vano. Sus manos me sujetaron los pies y caí al piso golpeándome fuerte el mentón, Mijail me jaló hacia él, estando yo boca abajo. Separó mis piernas y sentí su miembro grande y vibrante dentro de mí otra vez, su boca viajo a mi odio para quizás torturarme al escuchar sus gemidos, Mijaíl es un cerdo que no le importa el sufrimiento de las personas, él no se conduele de nada, Mijaíl no tiene corazón.

Mi cuerpo se movía al son de sus embestidas, mi pecho estaba presionado por el suelo, sentía que no podía respirar por el peso de ese bastardo en mi espalda. Mi intimidad dolía, pero para Mijaíl ese no era un impedimento, se alzó un poco haciendo que el aire volviera de nuevo a mis pulmones, sin separarse todavía de mí.

Comenzó a moverse más fuerte y más violento, sus manos viajaron alrededor de mi cara para percatarse que no huyera, la fricción de su cadera y mi pelvis hacía eco en toda la habitación, era un maldito sonido que creo que me perseguirá por el resto de mis días.

Maldita sea Victoria... Ohhh...Ahhh—de solo escuchar sus gruñidos quería morir en el instante, sin embargo, para mi suerte, pronto esto acabaría. Luego de algunos minutos sentí algo caliente inundar las paredes de mi vagina. Por fin había acabado.

—Fue mejor de lo que pensé—, dijo sacando su miembro dentro de mí. Me senté en el piso, mientras él solo se levantaba los pantalones...—Jamás podrás huir de aquí...

De repente todo se volvió rojo, mientras grité agitada mirando todo a mi alrededor. La habitación estaba completamente vacía, Mijail no estaba aquí y todo había sido una terrible y espantosa pesadilla.

Mis manos registraron cada parte de mi cuerpo, un hilo de sudor se deslizó por mi frente hasta llegar a mi mentón, estaba temblando asustada porque todo lo que vi en ese sueño se sentía tan real.

De un instante a otro, comencé a llorar al escuchar el sonido de la perilla de la puerta de aquella habitación en donde me tenían retenida, sacudirse cuando alguien intentaba entrar a la fuerza. Cerré los ojos cuando la silueta de Mijaíl apareció ante mí, llevaba puesto una camisa negra con tres botones principales abiertos y unos jeans azules que lo hacían lucir grandioso.

El mafioso borró cada expresión de su rostro, al verme echa un ovillo.

—¿Qué pasó?

Para mi sorpresa, el ruso dejó caer la bandeja de comida que sostenía entre sus manos y corrió apresurado hasta donde yo me encontraba. Sus manos tocaron mi rostro y negó quizás al notar mis pulsaciones débiles.

—Soy virgen, Mijail...—pronuncié entre dormida, él solo arqueó una ceja y sonrió.

—Lo sé... ahora con más razón eres solo mía. Solo puedes verme a mí. Solo yo puedo estar dentro de ti, todo de ti es mío, Victoria, soy celoso así que es mejor que solo yo pueda verte de esa manera, si no quieres que tus padres aparezcan muertos en una zanja, más te vale solo tener ojos para mí, —El pelinegro me extendió su mano—Levántateordenó y negué agobiada.

—¿Me vas a hacer daño como en mi sueño?

Sus ojos se abrieron, —¿Qué? ¡No! —Gritó y lo miré mal, —Victoria, te juro que pronto me amarás y serás tú quien se entregue a mí por voluntad propia.

Me burlé. —Las bestias no aman a nadie... Las bestias no merecen amor...

La mandíbula de Mijail se tensó—Quítate la ropa y camina hacia el baño.

—¿Qué?

Sus manos me empujaron y cuando menos lo esperé, el sonido de mi uniforme siendo rasgado, me colocó en alerta. Mis rodillas se doblaron para impedir quedar desnuda delante de aquel monstruo, pero su fuerza me ganó.

Como pude me cubrí con mis manos mi casi desnudez. Los ojos del mafioso recorrieron depravadamente mi frágil y delgado cuerpo.

—Soy una bestia, ¿no?

—No serías capaz...

Murmuré.

Mijaíl me levantó entre sus brazos, me tensé al pensar qué hará ahora conmigo. Me guio hacia una habitación que al parecer es el baño, adentro hay una tina con agua y pétalos de rosas que me hace creer que todo lo tenía planeado.

—¿Qué mierda crees que haces? —le dije tratando de bajarme de su agarre.

—Te voy a bañar—, expresó con cinismo. Lo arañé para que me soltara, pero él solo me agarró fuerte del cabello. Me bajó apenas entramos al baño. En una esquina de la habitación se encontraba un estéreo, comenzó a sonar una canción de Kiss al fondo.

—Entra a la tina—ordenó y temerosa cumplí su petición, realmente no quería que se pusiera de malas y me fuese mucho peor.

El agua se sentía tan bien, Mijaíl vertió un frasco de esencia en la tina, la espuma comenzó a salir tapando mi cuerpo. Él se levantó para buscar algo dentro de un estante, vi como abría una bolsa plástica sacando una esponja de color rosa pálido, Mijaíl me miró con malicia.

El mafioso humedeció la esponja y me miró fijamente a los ojos, esta comenzó a rozar mis pechos cubiertos aún con mi ropa interior, logrando que de mi boca saliera un jadeo involuntario. Me maldije por esto, no podía sentir esas clases de cosas por un maldito que me acababa de destruir de la manera más vil posible.

Me sentía asqueada, violentada, quería y deseaba huir de aquí, pero primero rogaba por ver a este hijo de puta muerto. Cerré mis ojos imaginando como clavaba un puñal en su pecho, quería matarlo con mis propias manos.

—¡¿Qué haces?! —le pregunté al verlo tan concentrado limpiando mi cuerpo.

—¿No es notorio, Vicky? —contestó haciéndome parecer una tonta.

—¡Ya sé! estás tratando de limpiar tu conciencia después de haber secuestrado a una jovencita—su mirada se tornó tensa, podía ver la cólera en ella, y me arrepentí en ese instante de haber pronunciado aquellas palabras.

—¿Si te trato bien está mal? —Comenzó a hacer pucheros como niño pequeño.

—¡Eres un maldito bipolar! —espeté, Mijaíl se metió a la tina junto a mí con todo y ropa.

—¡Que te quitará la virginidad, y eso no es lo mismo! —me quedé en silencio por un instante.

—A la primera oportunidad escaparé—respondí con brusquedad y sin mirarlo.

—¡Eso jamás pasará! —lo dijo más como una afirmación.

Mi corazón se quería salir de mi pecho, mi mentón tembló por todo el miedo que este maldito me producía.

—Aunque no pueda a la primera, lo seguiré intentando— lo reté.

Mijail solo sonrió seguro de sus palabras.

—Lo único que sé es que a la primera que intentes escapar, tu amiga Malka ira a para a uno de mis prostíbulos, y querida, ella no ira precisamente a limpiar—, sus labios dibujaron una sonrisa de triunfo.

—¡Te odio! —le grité golpeándolo y salpicando todo el lugar con agua de la tina.

—Lo siento por ti, pero no me importa lo que sientas... 

MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora