Volví mi atención a mi esposa y Fijé mis ojos en ella, parecía tranquila, aún no habían iniciado como tal, el anfitrión de esta noche estaba dando un discurso, era un señor dueño de muchos bancos de Europa, a quien conozco personalmente, en el pasado, él y mi padre solían jugar golf juntos.

— ¿ Quién es tu acompañante? — preguntó la mujer.

— Mi esposa. — Me limité a decir.

— Sí, es cierto! Te casaste hace unos meses, creí que había sido solo un rumor, puesto que ninguno de nuestros amigos en común ha comentado algo, ni siquiera Jules, pero de todos modos felicidades!! ¿Cuál de todas es tu esposa?

— Es la que usa un vestido blanco, está sentada a la izquierda junto al chico con el traje azul. — Aquella mujer miró hacia abajo buscando entre tantos a mi chica según la descripción que le dí, y no me gustó para nada como su rostro cambió.

— ¿La mujer negra es tu esposa? No creí que tuvieras aquellos gustos Alexandré, ¿ Dónde la encontraste? Digo, no es que tenga nada de malo, solo que me sorprende un poco.

Sí, Salomé es la única persona de color en todo el lugar, algo que causaba que ella llamara la atención aún sin darse cuenta, siempre supe que a nuestras espaldas las personas hablaban mal de nosotros, cosa que nunca me importó, pero no iba a permitir que esta mujer que ni conozco sea despectiva con mi esposa.

— Sí, aquella guapa mujer es con quien me casé, es una mujer maravillosa, me trae loco, ella es perfecta, me siento muy afortunado de haberme casado con la mujer de mis sueños.

— Estoy muy sorprendida contigo Alexandré, eres... diferente a lo que yo esperaba de ti.

— Me suelen decir eso con frecuencia, y después de que conocieras a Jules, el contraste conmigo te debe parecer enorme. — Dije, algo sarcástico, aquella mujer me sonrió de nuevo, pero yo ya quería que se fuera, ella solo me estaba fastidiando desde que abrió esa pequeña boca.

— Tienes razón, Jules y tú... — Ella guardó silencio porque la ceremonia acaba de iniciar formalmente.

Vi como el cabecilla traía aquella cabra adulta, y luego como decía unas palabras finales para después cortarle la garganta al animal, y dejando que se desangrara para luego recolectar toda la sangre.

Los debutantes no estuvieron indiferentes, escuché gritos, gemidos, y otros se sobresalieron y abandonaron sus asientos, eran reacciones normales, estaban sorprendidos. Fijé mi vista en Salomé, quien se tapó los ojos con sus cuando el cabecilla había degollado al animal, quisiera estar ahí con ella, diciéndole que todo iba a pasar muy rápido, y que tenía que ser fuerte, y sí estaba con ella, pero ella no me puede ver, y no estábamos tan cerca como me gustaría.

Lo que prosigue es llenar las copas con la sangre del animal,  luego los meseros traían los platillos cubiertos, para que nadie sospechaba que se encontraba en ellos.

— Tú esposa se ve muy asustada..— Dijo la mujer a mi lado, de quien ya había olvidado hasta el nombre.

Me sudaban las manos, estaba nervioso, asustado, no por lo que pasaría si no porque no tenia idea de como iba a reaccionar mi esposa.

— Ella es fuerte. —  respondí.

Cuando llegó la hora de retirar el cubreplatos mi corazón se detuvo.

El cabecilla dijo algunas palabras tratando de tranquilizar a los exaltados, y a la vez mencionando que era su deber cumplir el juramento.

Cada máscara representaba un animal, yo elegí el conejo para Salomé, y ahora le tocaba comerse los ojos crudos de varios conejos, y luego beber sangre de cabra, así habría de culminar el ritual, y luego ella oficialmente formaría parte de la comunidad.

Este era un ritual algo cruel, pero el propósito de este ritual es humillar, es hacer ver a los debutantes, los nuevos ricos, de que no hay diferencia entre un animal y nosotros, y los que no llegaban a completar el ritual eran echados, silenciados por la comunidad para que nunca cuenten lo que vivieron, eran excluidos de todo, los miembros de más alto rango, como mi padre y otros, tenían el poder de hacer caer en quiebra a cualquier persona que no termine el ritual, ya que es difícil ingresar a la comunidad, y aun más difícil salir sin haber hecho el ritual de iniciación.

Los pocos que no terminan el ritual, eran excluidos de todo incluso de su propia familia, y cuando trataban de contar la verdad eran tachados de locos, esta es la razón de porqué me siento tan ansioso, es importante que Salomé termine el ritual, ya que si se rehusa no podríamos seguir juntos.

Era el momento de la verdad, los debutantes se quitaban las máscaras, y por fin se veían las caras, para luego ver lo que le tocaba ingerir.

Sentí pena por quien llevaba la máscara de ciervo, los ojos de ciervo eran grandes, asquerosos, si fueran más pequeños como los de un conejo sería más fácil de digerir.

Algunos empezaron a comer, asqueados, unos se rehúsan, y otros lloraban, igual que Salomé, que lloraba y trataba de pedirle ayuda al chico de traje azul que se encontraba a su lado, este la ignoró y se concentró en lo suyo, ella trató de pedirle ayuda a la otra persona que tenía al lado y esta persona le gritó en la cara, sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho, sentí impotencia, desesperación de no poder estar ahí junto a ella para ayudarla.

Por un momento creí que todo estaba perdido, pero Salomé al verse ignorada por las personas que tenía más cerca, y al ver que uno de los debutantes ya había terminado, fue felicitado por el cabecilla y el anfitrión, para luego salir por esa puerto, ella se vió presionada a terminar el ritual.

Admito que fue admirable verla comerse los ojos de conejo aunque cerraba los ojos y se tapaba la nariz para hacerlo, pero lo hizo, tardó su tiempo pero lo hizo, se comió los ojos, y luego tomó la copa llena de sangre de cabra y tomó todo de esta, un poco de sangre le salpicó y le manchó el precioso vestido blanco que trae puesto, pero ella al fin había terminado, aún seguía nervioso y ansioso, pero feliz de que ella haya terminado, fue por inercia que aplaudí, llamando la atención de algunos debutantes que volteaban hacia arriba para ver que sus acompañantes estuvieron observándolos todo el tiempo, entre ellos incluida Salomé, su mirada chocó con la mía y sentí un escalofrío en mi espalda, sus ojos estaban rojos e inchados por llorar.

Al terminar, Salomé fue felicitada por el cabecilla y el anfitrión, y luego salió por la puerta.

— Felicidades, tu esposa completó el ritual, debes estar orgulloso, tuviste razón, ella es una mujer fuerte.
— Comentó aquella mujer que aún seguía a mi lado.

En su rostro solo había seriedad y  fijamente miraba hacia abajo

— ¿Y tu pareja ya completó el ritual?

— No, aun no, al parecer se rehúsa a completar el ritual, no creí que sería tan débil. — Dijo.

— Siento pena por él, ya sabes lo que pasará si no completa el ritual, bueno, un placer conocerte, y suerte con tu pareja. —Dije, para luego dejarla ahí y bajar corriendo al salon principal para encontrarme con mi amada.

Al llegar, la vi de lejos, le estaban tomando fotos, al final siempre toman fotos de los nuevos integrantes, fotos que nunca serán reveladas al público.

Me sentí aliviado al tenerla cerca, otra vez en mis brazos, abrazándola una vez más.

— Amor, estoy orgulloso, no sabes cuánto estoy orgulloso de... —Pero ella me interrumpió, para luego apartarme lejos de ella.

— Necesito un baño, creo que voy a vómitar.

The million dollar manWhere stories live. Discover now