CAPITULO 18

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Armando solo veía como a ella la sacaban y sin más corrían donde suponía sería la sala de urgencias, terminando en aquel frío pasillo completamente solo. No sabía que hacer ni a quien recurrir por eso sin importarle nada, se arrodillo y solo supo pedir por ella, por su bienestar

A: Dios sé que no soy un hombre muy devoto, que nunca recurro a ti, pero siempre trato de hacer el bien, ayudar sin pedir nada, pero ahora te quiero pedir que la ayudes, no te la lleves, ella es la mujer que más amo, la madre de mi niña, no puedes quitármela y si esa es tu decisión, cambiemos yo con gusto doy mi vida por la de ella, por favor te lo suplico no te la lleves déjame ocupar su lugar, ella...ella es mi vida sin ella me muero

Después de aquella plegaria, solo pudo taparse el rostro con las manos, dejar caer su cuerpo y soltar todo el dolor que sentía en esos momentos. Daria su vida si fuera necesario para verla por una última vez, por dejarla con su niña y con eso se podría ir en paz. Pero no ahí estaba luchando por su vida y tenía miedo de que no lo lograra

Sabía que aquello era su culpa, sino se hubiese cruzado en su camino ella no estaría en aquella sala, quizás hubiese conocido a otro hombre, quizás sería feliz, quizás solo lo amaría en sueños. Pero tampoco puede negar que ella es lo mejor que le ha pasado en la vida, que ella y su hija son lo mejor que tiene, que sin ellas él seguiría con una vida impuesta y saltando de cama en cama, ella vino en el momento justo a salvarlo

No pudo evitar mirar atrás, ella siempre lo salvaba, primero lo ayudo a defender su plan, después en hacer lo mejor para la empresa, la embargo porque así se lo pidió, pero ¿Qué hizo él? jugo con su amor, sus sentimientos los pisoteo y cuando se vino a dar cuenta de cuanto la amaba, ella ya estaba lejos de él

Volvio indiferente, pero logro conquistarla de nuevo, para que se la arrebataran de las manos y de nuevo cayó en todas las presiones, en las amenazas y volver a ser el cobarde de siempre. Y cuando había tomado una decisión radical ella lo salvaba nuevamente al darle aquella belleza que tenía por hija

Su amor volvio a renacer, aunque quiso convencerse de que la odiaba por el abandono, pero no fue así sobre todo cuando supo todo lo que ella paso para defender a ese ser que juntos crearon, le había dicho varias veces que ella era capaz de dar la vida por ella y eso estaba haciendo en esos momentos, había dado su vida por la de ella

El tiempo no había sido suficiente, él necesitaba más, deseaba verla en estado, ver como crecía su vientre, como su hijo lo saludaba a través de ella, consentirla como debió hacer siempre. No supo cuánto tiempo llevaba allí, pero de pronto sintió una mano en su hombro y levantando la mirada se encontró con la de su padre y la de su suegro

Se levanto con ayuda, sentía que no podía ni con su propio peso y pasándose las manos de la camisa se secó las lágrimas que no querían dejar de brotar

DH: ¿Qué es lo que paso? ¿Qué le dijeron?
A: Na...nada solo la ingresaron
DR: Deja voy a ver si puedo averiguar algo
A: ¿Amanda? ¿Do...?
DH: No se preocupe que se quedó con mi Julia, Nicolás y su esposa están acompañándolas, pero ¿Qué fue lo que paso?
A: No...no lo sé, solo que ella algo vio, o a alguien me aparto de Amanda de manera brusca y lo demás ya lo sabe
DH: ¿Quién querría hacerle algo así a mi niña? (sollozando)

Armando solo lo miro, él sabía perfectamente quien podría haber sido, pero ya arreglaría cuentas, antes de que la policía tomara cartas en el asunto. Roberto llego y muy a su pesar no pudo conseguir información, así que tendrían que esperar al médico

Llevaban tres horas esperando y Armando se desesperaba cada vez más al no recibir noticia alguna. En un momento levanto la mirada y vio a un hombre que venía con la bata completamente manchada de sangre y eso le helo la sangre, lo sabía no eran buenas noticias

AMOR EN TIEMPOS DE OROWhere stories live. Discover now