01

591 79 3
                                    

⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓

Souya se encontraba sumamente nervioso, ya habían pasado casi 20 minutos desde que Rindou y él habían entrado a lo que parecía ser su estudio Y él no le decía nada, solo se le quedaba viendo.

Rindou: quiero que te quites el vestido.

Souya: QUE?!!

Rindou: no me hagas repetirlo.

El joven entro en pánico, no sabía que hacer, si se quitaba la ropa lo descubriría.

Rindou: no es necesario que te quites todo, solo el vestido, si eso te hace sentir mejor.

Eso no lo hacía sentir mejor para nada pero si desobedecia seguramente su cabeza correría peligro.

Poco a poco fue sacandose la ropa pero dejando el corsé y la capa interior, pues sin esto sería demasiado evidente que no era una mujer.

Rindou:mmm, nada mal, date la vuelta.

Pese a estar obedeciendo sin quejarse se sentía humillado, vulnerado y hasta cierto punto violado, podía sentir la mirada del rubio recorrer todo su cuerpo.

Rindou: perfecto, a partir de ahora tienes prohibido salir por esa puerta - dijo señalado el lugar por donde habían entrado - a menos que estés acompañada de mí.

Sin que el Kawata se diera cuenta Rindou se le había pegado por la espalda y le estaba hablando al oído.

Rindou: antes de terminar nuestra conversación me gustaría dejarte clara tu posición, tu eres mía y no pienso dejar que nadie más que no sea yo se atreva siquiera a mirarte.

El peliazul se tensó ante esas palabras, ese tipo estaba loco, y los beso que Rindou empesaba a dejar en su hombro no ayudaban mucho.

Souya: espere un momento señor Rindou.

El gemelo menor intentaba apartar al rubio torpemente pero este no se alejaba.

Rindou: no te preocupes tanto hermosa, no pienso tocarte ni un pelo, a menos que tú me lo pidas.

Pese a que sus palabras decían un cosa sus ojos decían otra muy diferente, era una mirada intensa directa a su alma, y por alguna razón Souya no pudo evitar sentirse cautivado por esos ojos violetas tan hermosos.

Rindou: la puerta que está junto al librero lleva a nuestra habitación, te puedes quedar con la cama, yo dormiré en la hamaca que está a un lado, no tienes que asustarte.

El rubio aún no había terminado de hablar por completo cuando Souya ya había recogido sus prendas y encerrado en la habitación, no soportaba más estar a solas con Rindou.

...

Nahoya: entonces...hay algo que quita pedirme, tal vez una instrucción o algo que quiera que haga por usted.

Ran: no, nada en especial.

El pelinaranja estaba confundido, no sabía que hacer, desde que entraron en la oficina de Ran él solo se dedico a organizar unos papeles en su escritorio y no le habia prestado atención, que le costaba por lo menos hablarle.

Ran: si quieres puedes tomar un libro del estante, aún me falta para terminar lo que estoy haciendo y me gustaría que me hicieras compañía.

Este comportamiento tan calmado y sereno se contradecía con todo lo que su padre y abuelo le habían contado pero él no se iba quejarse, un Ran tranquilo le convenía más que uno desquiciado.

Tomo cualquier libro y se sentó en un sofá de terciopelo rojo que había en un rincón de la habitación, leer jamás había sido una de sus pasiones pero tampoco le disgustaba, era algo bastante relajante.

Después de unas dos horas se aburrió de leer, había escogido el libro equivocado aunque no tenía ganas de pararse, solo lo cerró y se quedó viendo a Ran con curiosidad, que era eso que tanto tiempo le tomaba.

Ran: desea decirme algo?

Nahoya: qué hace exactamente?

Ran: nada muy entretenido, solo reviso unas propuestas de algunos comerciantes.

Nahoya: propuesta para qué?

Ran: el año pasado Rin y yo empezamos a ofrecer servicios de protección a embarcaciones de comerciantes a cambio de altas sumas de dinero, resultó ser algo bastante rentable.

Nahoya: planea aceptar alguna?

Ran: tal vez, pero no estoy seguro de cuál debería aceptar.

Ojeando por encima al pelinaranja le llamo la atención una de las hojas sobre el escritorio.

Nahoya: que tal esta?, La oferta es buena y no se ve como algo complicado, es trasportar a un joven y unas telas.

Ran: para mi se oye bien, aunque tendría que hablarlo con Rindou - el de trenzas por fin se levantó de su lugar y se estiró - ya es un poco tarde, le gustaría ir a dormir?

Dios, eso ni siquiera debería ser una pregunta, después de durar dos días enteros sin pegar el ojo dormir es lo único que quiere.

Nahoya: si no es mucha molestia.

Ran se dirigió a una puerta en una esquina del estudio para abrirla y dar paso al pelinaranja.

Ran: si gusta puede pasar a cambiarse por algo más cómodo antes de dormir, prometo no espiar.

Nahoya: gracias.

El joven de cabello melocotón trato de cambiarse lo más rápido que pudo, se colocó el camisón más ancho que encontró, recogió su cabello en un moño alto y, solo por si acaso, se puso un liguero en la pierna que uso para esconder un cuchillo bajo su ropa, nunca era suficiente precaución.

Cuando se sintió listo abrió la puerta, aunque no estaba listo para lo que vería, Ran había soltado sus trenzas lo que le dejo una linda y sutil honda el el pelo, además desabrochó los primeros botones de su camisa, era una vista para nada despreciable.

Se sentía un poco culpable por estar sintiendo atracción por la persona que mato a su abuelo, pero de todos modos ese maldito había sido una pésima persona con él, con sus hermanos y hasta con su padre, a quien le importa el abuelo.

Ran: lista para dormir señorita Nahoya?

Nahoya: por supuesto.

⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓⚓

dear captain - ringry/ranleyWhere stories live. Discover now