Llegue a Londres la noche antes del día que tenía previsto llegar, solo en caso de que quisiera irse antes de que llegara.

Entre por las puertas principales de la recepción, saludando al personal y con mi corazón latiendo a todo lo que daba.

—Oh, mire que coincidencia, la señorita Amelia está llegando —aprete la mandíbula al verla bajar un auto, el chico salió al mismo tiempo que ella y la detuvo en la acera.

—Si... —murmure mirando aquella escena—. No le digas que he llegado, es una sorpresa —le di la mejor gran sonrisa que pude y me dirigí al ascensor.

Los celos surgieron, ese no era Oliver y no supe si eso aumentó o disminuyó el coraje que sentía. Entre al departamento y me apresure a dejar mis maletas en la habitación, no pude contenerme y revise el armario sintiendo alivio al ver sus cosas dentro.

Camine a la sala donde tendría una completa vista de cuando ella llegara. Mi atención se centró en el sonido de la puerta a punto de abrirse, tardó tres minutos en subir.

—Oh por Dios —dio un pequeño salto al verme, se llevó la mano contra el pecho y me acerque a ella.

—Amelia —la sorpresa en su rostro y los nervios en sus ojos me hizo hablar con cautela—. ¿Dónde estabas?

—Salí con algunos compañeros, tuvimos nuestra última clase y guardia, fuimos a festejar —miro detrás de mí.

—¿Quién te trajo? —me acerque a ella cuando camino a la mesa dejando una pequeña bolsa que seguramente era de comida—. ¿Por qué no usas el auto?

—Por favor, Niall —quiso pasar a mi lado y la acorrale en la mesa.

—Contéstame —me acerque peligrosamente a ella, los celos y las ganas que tenía de besarla por extrañarla se combinaban de manera peligrosa.

—No —un brillo oscuro cruzo sus ojos debido a mi acción y se me puso dura, su respiración estaba siendo superficial y la forma en que tomaba su falda entre sus dedos la delataba.

—Estas saliendo con el —gruñí y pasó saliva, sus ojos viajaban de mis labios a mis ojos y yo sabia perfectamente que no, pero la sola idea me molestaba tanto.

—Niall, no... —no la deje terminar, tome su cintura y con rapidez la moví.

—¿Quién es el? —tenía su cuerpo contra la mesa del comedor, una de mis manos tomaba la suyas mientras que otra despuntaba mis pantalones.

—Ni siquiera debería importarte, terminamos —forcejeo buscando liberarse, pero quería esto tanto como yo porque si realmente quisiera que la soltara lo haría con más fuerza, es más fuerte que este pobre movimiento que hace y la forma en que separo sus caderas para dejarme subir su falda lo comprobaba.

—Hace dos semanas —sisee al tiempo en que frotaba la cabeza de mi pene contra sus bragas ya húmedas, jadeo—. Voy a arruinarte, no dejaré nada para el siguiente.

Tiro su trasero contra mí y baje sus bragas mientras intentaba recuperar un poco de mi cordura, pero era imposible, no mientras me hundía en ella tan crudo y la escuchaba gemir mi nombre.

—Me molesta tanto la idea de que tengas a otro después de mi —golpee mi cadera contra su trasero y tiro su cabeza hacia atrás soltando un quejido, seguramente por el dolor de no haberla preparado—. Contéstame.

—Por favor, Niall, solo follame —movió sus caderas contra las mías y me pegue con fuerza a ella, evitando cualquier movimiento, enterrándome hasta el fondo—. Es solo un amigo, no tendré a nadie después de ti, siempre serás tú —hablo en un hilo de voz.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2023 ⏰

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Before we fall; n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora