02

516 71 2
                                    

Pov, Tzuyu.

Rebuscada apresurada entre mi ropa una vez más, estaba atareada porque por alguna extraña y tonta razón mi tenis no aparecía. Había quedado con Minatozaki en que iríamos a tomar un café y nos veríamos en aproximadamente 15 minutos.

¡Por Dios!

Tenía 5 minutos para terminar de vestirme y 10 para llegar.

Era una maldita impuntual sin arregló.

Busque una vez más entre la pila de ropa que había creado por ser tan descuidada y desacomodar casi toda mi ropa. Hasta que finalmente un poco de suerte estuvo de mi lado y encontré lo que me tomó 5 minutos buscar.

Me coloqué mi tenis lo más rápido posible, me di unos retoques que faltaban y por último tomé mi abrigo y salí.

No sin antes avisarle a mi madre que saldría un rato con una amiga, por supuesto trato de hacer la interrogación de siempre pero simplemente le dije que iba tarde y que cualquier pregunta que tuviera, podría hacerla al regresar.

En otras circunstancias se hubiera negado pero en esta ni siquiera le di tiempo de aponerse, salí tan rápido como pude y no me detuve ni un momento hasta no estar completamente segura de que ya no estaba cerca de su alcance.

Suspiré hondo y miré la hora por última vez, viendo que todavía tenía tiempo suficiente.

Aquella cafetería quedaba cerca, a unas cuadras de mi casa grande al cielo. También Minatozaki me dijo que su casa estaba cerca así que nos quedaría a ambas.

Minatozaki luego de pedirme que salieramos a tomar algo, me dejo completamente sorprenedida, en verdad no me esperaba eso en absoluto y que lo hiciera tan de repente no me dejo procesar correctamente.

Justamente lo hizo en el momento en que ya estaba casi convencida de que no habría más interacciones entre nosotras fuera de los saludos y las despedidas. En verdad creí que no se acercaría más.

Lo curioso de su propuesta fue su timidez al hacerla, se notaba a kilómetros que ni ella misma sabía realmente si hacerlo o no.

¿Por qué? No entendía.

Suponiendo y analizando la situación, pedir aquello a cualquiera persona debería resultar muy fácil para ella, al ser una persona sociable y confiada. Aunque viéndolo bien tal vez y yo estaba equivocada.

Por supuesto luego de que me lo propusiera, Momo y Nayeon se la pasaron interrogandome peor que mi madre, además de bromear y decir cosas sin sentido.

¿Qué de malo tenía salir a tomar algo con Minatozaki?

Estando ya frente a la cafetería apunto de entrar, la vi ya sentada y mirando su teléfono tan detenidamente que parecía hasta concentrada.

Suspiré hondo y entré sin más rodeos, acercándome a la mesa y teniendo la vista de Minatozaki de espaldas. Una espontanea idea cruzo por mi mente.

¿Sería demasiado? Probablemente pero también sería divertido y podría cobrarle algunas.

Sin hacer el mínimo ruido me acerqué lo suficiente hasta quedar detrás de su asiento. Una sonrisa se formó en mi rostro y definitivamente me preparé mentalmente para la rabieta que seguramente haría.

— ¡Minatozaki! — exclame casi sobre su oído haciéndola brincar al instante.

— ¡Dios mío! — lloriqueo exaltada. — ¡No hagas eso! — reprocho dejando el teléfono sobre la mesa mientras cubría su rostro con sus manos.

Reí maliciosa al comprobar que efectivamente Minatozaki era una persona bastante asustadiza.

— Lo siento. — me disculpe aún sin poder ocultar mi sonrisa de mi rostro, mientras tomaba asiento frente a ella.

❝ My Sweet Girl, Minatozaki ❝  [Satzu / TWICE]Where stories live. Discover now