Capítulo 7

695 71 12
                                    

fase de ejecución: número tres.
número de modelo: 001
Nombre de la paciente: Anne Savisa Boonchuy.
Edad: 19 años

Recapitulación de resultados obtenidos:

La paciente reconoce al cien por ciento que requiere de ayuda, lo cual es bastante importante para su mejoramiento, ya que es más fácil ejecutar mi programa establecido. Últimamente ha dejado de lado el ser tan impetuoso cuando modifico sus malos hábitos, incluso me ha pedido que lo haga, ha comenzado a pasar más tiempo fuera de su habitación, esto sin dejar sus deberes como universitaria, el dejar de fumar por estrés fue exitosamente controlado, es un muy buen avancé. Su falta de sueño afecta su rendimiento, se me es complicado el llegar a evitar que utilicé tantas pastillas a la hora de dormir.

Desde que jugamos al tenis el viernes pasado a comenzado a dar diferentes cambios, uno de los más sorprendentes es que ha empezado a comer de manera mejorada, sin arcadas o nauseas de por medio y aunque sigue siendo poco dependiendo del día, es uno de los sorprendentes mejoramientos; “estoy realmente feliz por ella, de apoco sé que lograre que coma con normalidad”.

Reporte finalizado.

– Anne, querida – musitó una sueve voz con un tono tan dulce.

Sabía de quién provenía y eso solo le daba más felicidad, dejó de sentir que su cuerpo pesaba, sus parpados eran más livianos.

–  Anne, levántate, el desayuno está listo, si no despiertas te dejará el autobús – dijo por última vez la mujer.

Abrió los ojos, encontrándose con el simple techo de su habitación, con la poca luz de sol que apenas descendía anunciando un nuevo día.

– Mamá – dijo con la voz casi reseca.

Limpio las pocas lagrimas que habían caído por sus mejillas, el recuerdo de la dulce voz de su madre despertándola para ir a la escuela por las mañanas le hizo sentirse un tanto nostálgica, extrañaba aquellos días de niñez donde solo le preocupaba llegar tarde al instituto y sentarse junto a Sasha en el aula de clases; recordar amargamente como cambió su vida de un momento a otro era triste, cambio en muchos aspectos, la mayoría siendo para mal, ocultando su yo real, por mantenerse en las sombras de los demás y no llamar la atención y, aun cuando la rompía y se sentía libre, alguien siempre se aseguraba de arruinarle el momento.

Miró el reloj de la mesita de noche, encontrándose con la sorprendente noticia de que eran las 5:31 am, aún faltaba una hora y media antes de que sonara su alarma, rara vez ocurría esto, lo más probable era que se quedara toda la madrugada despierta hasta que sonara, mientras tanto era recurrente que se levantara hasta su cuarta alarma de su móvil o que Sasha viniera por ella, esto era debido a que sus pastillas eran lo suficientemente fuertes como para olvidar siquiera lo que soñó durante la noche.

Se estiró un poco aún entre las sábanas, hasta quedar mirando en dirección a la ventana del cuarto, la cual estaba cerrada por su marco de cristal, pero sus cortinas se encontraban abiertas de par en par, sentada en el borde estaba la silueta del holograma observando fijamente a través del cristal, como si estuviera esperando el amanecer total del sol, estaba tan inmersa en el cielo que ni siquiera había notado el despertar de la joven.

La tenista estaba tan acostumbrada a que con cada amanecer, anochecer, las estrellas e incluso los libros, ella se perdiera completamente, al principio no le dio la suficiente importancia a lo que sea que hiciera, sin embargo ahora cada vez que la chica parecía perderse de su alrededor, miraba atentamente los pequeños gestos que realizaba, tal vez era solo porque le parecía curioso el hecho de que pareciese una persona real, sus ojos, su cabello e incluso sus labios eran tan reales que parecía que si se acercaba un poco más podría tocarlos, cuando el holograma se percataba de la mirada de Anne sobre ella, simplemente volteaba y le sonreía como siempre, lo que hacía que la chica se avergonzaba por ser descubierta.

A Special Help Where stories live. Discover now