Capítulo 2

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– ¿quién... eres? – volvió a interrogar la castaña.

Pero la otra chica no respondió, simplemente se quedó observando a su alrededor con curiosidad, para luego quedarse fijamente examinando el frasco de medicamento que antes la tenista había ingerido.

– ¡¿eres una ladrona?! – dijo con claro pavor.

“¡¡Anne eres estúpida, si lo llega a ser obviamente no te va afirmar eso!!”

Rápidamente comenzó a buscar su raqueta con la mirada, para estar preparada por sí la chica misteriosa trataba de atacarla, si tenía que morir, moriría dando pelea.

– iniciación del proceso de autoayuda – La chica tenía una voz sueve y un tanto aguda.

“¿iniciación?”  fue lo único que cuestiono.

– Es un gusto para mí ser su asistente médico, mi número de programa es 001, estoy realmente fascinada y entusiasmado de conocerla señorita Boonchuy – dijo sencillamente con gran formalidad.

– ¿001? – se quedó examinando la situación luego repitió el número de “programa” antedicho.

– es mi número de modelo, pero puede referirse a mi como más le parezca –

Anne se quedó totalmente atónita a lo que estaba pasando, “que tipo de estupidez era esta”, acaso estaba soñando, pero ni siquiera recordaba dormirse.

– entiendo que pueda llegar a encontrarse un tanto confundida, pero no trato de lastimarle, al contrario, mi propósito es ayudar a cuidar su salud mental y física – la chica no paraba de hablar de forma sofisticada.

Anne estaba segura de que ella no pudo entrar por la puerta, ni por la ventana, ya que ayer había llovido lo bastante fuerte como para que el techo estuviera sumamente liso, como para a ver escalado hasta la segunda planta, aun así, sabía que necesitaba sacarla rápido de su vivienda.

Pero primero se dispuso a sacarla de su habitación – okey, mira, no sé quién eres, pero tienes que irte...– Anne trato de acercarse a ella para tocar su hombro y empujarla afuera.

001 trató de mover sus manos en negación –esperar- – trató de decir, fue bastante tarde, ya que la de cabello rizado trató de moverla, pero ni siquiera pudo realizar esta acción, ya que al intentarlo atravesó lo que se suponía era su cuerpo, perdió el equilibrio y al no poder detenerse cayó a su cama golpeándose la cara lo bastante fuerte como para quejarse.

– auch, eso dolió mucho, ¿qué mierda acaba de pasar? – dijo tocando su frente ya que fue la más afectada en el golpe.

– lo- lo lamento mucho, no estoy implementada con la capacidad de ser tocada, lo siento tanto debí advertirle antes – la “chica” parecía realmente preocupante y avergonzada de su grave error, tanto así que estaba agachando su cabeza en signo de disculpa.

A este punto decir que no creía en la palabra de «eso» sería mentir, ya que lo había comprobado a las malas; lo que estaba ahora mismo pidiendo disculpas no era humano y menos una ilusión, ya que ese golpe fue bastante fuerte como para no despertarla.

Se levantó de la cama aun frotando su frente, caminó hacía el otro ente y efectivamente al cruzar lo suficientemente cerca de ella la atravesó como si no existiera.

Recorrido el pequeño camino hasta la silla del escritorio y tomó asiento, se quedó viéndola de pies a cabeza como si la estuviera estudiando.

– deja de hacer eso – ordenó, para que la chica dejara de excusarse tanto – ¿qué eres? – dijo algo molesta y desconfiada.

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