12˦ Exᴀᴍᴇɴ ᴅᴇ Iɴɢʀᴇsᴏ Esᴄʀɪʙᴀɴᴏ

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«¡Están armados! Si ven que estoy aquí. ¡Estoy muerto!», exageraba de los nervios.

Siguió a cuclillas buscando un espacio que le sirviera para colarse en el palacio y divisó una puerta lateral abierta, vigilada solo por dos soldados.

Escuchó el galope de un caballo tan cerca que se espantó, creyendo que había sido descubierto. Los soldados de la entrada se apresuraron a recibir a un hombre. Apenas bajaba de su caballo cuando lo sofocaron con noticias.

—¡General! Le solicitan de parte del emperador.

Estos soldados estaban muy emocionados por su General y se apartaron de la entrada para recibirle como un rey.

A Hinata le importaba poco, era buen momento para pasar desapercibido y entrar.  Se movió con sigilo fuera de los arbustos, pero cuando estaba cruzando la entrada, una flecha pasó justo frente a él. ¡La esquivó de milagro!

El General lo había presenciado al instante y dejó de lado a los soldados para avanzar.

—¡A un lado! —se escuchó la imponente voz del General.
Hinata sintió el corazón en la boca. Corrió por los pasillos como si le siguiese un demonio. En efecto, aquel General llevaba una mirada tan  aterradora que Hinata no se atrevía a mirar atrás.

Las flechas seguían rozando su nuca y le hizo perder el equilibrio mientras corría. Hinata no tenía ni la menor idea en que parte del palacio estaba ya.

Estando más cuerpo a cuerpo, el General sacó la espada con toda la intención de arremeter contra Hinata.

Hinata lo esquivó, no solo uno...

Pero dos veces.

¡Luego tres veces!

Esto jamás le había sucedido a este General antes. ¿De dónde salió este tipo que se movía tan rápido? No creía que Hinata fuese solo un postulante a escribano. Sino, algo más que desconfiaba.

Hinata estaba atrapado en una mezcla de asombro y miedo por el enfrentamiento. Si antes no le había admirado como los otros soldados, ahora entendía aquel respeto exagerado. Él no tenía la menor idea de lo que era estar en una pelea. ¡Menos con un General de la armada del emperador! Tal vez esto sea lo primero y lo último parecido a un enfrentamiento si no huía cuanto antes.

—Tu... ¿Quién demonios eres?

Por supuesto que no le daría su nombre. Era estúpido, pero no tanto como para...

—Hinata Shoyo.

El mismo General no creía que fuese tan estupido. Prefería pensar que había usado un nombre falso.

—¡Y tú no vas a detenerme a tomar ese examen!

Le respondió Hinata señalando. Es difícil entender cómo estando muerto del susto, seguía arriesgando el pellejo.

Hinata continuó huyendo, pero el General no se inmutó por perseguirlo más.

Girando a un pasillo, tropezó con alguien más a quien casi confunde por una dama de no ser por su voz. Era masculina, pero suave y joven.

—¿Tú qué haces husmeando aquí?

—Yo...

Era varón seguro... pero atractivo. Fácil para distraer a Hinata de su objetivo. ¿Quién era? Lucia como una concubina.

—Soy postulante para escribano. Dejé el grupo para ir al baño y me perdí.

—¿Tan lejos?

Notó la ansiedad de Hinata al oír los soldados cerca y supo que los baños era solo excusa.

Un Villano Amor | Tsukkiyama (+18)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz