Neon

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Neon llegó corriendo inesperadamente lo cual causó estragos en la cabeza del rubio, ¿Por qué el destino siempre lo conducía a encontrarse con esa niña? Empezaba a fastidiarle todo sobre ella, y no era por exagerar, esa mocosa no le caía nada bien. Estaba pensando en como evadirla, pero, para su sorpresa Neon no tuvo mucho interés en mirarlo, claro que esta acción le pareció extraña, ya que por un momento pensó que no le dejaría ni tomar aire como usualmente lo hacía. Sin embargo le restó importancia y agradeció por sus adentros el no tener la atención de aquella chica. La vio un poco distraída, como cuando le muestras un dulce a un bebé, no tardó en darse cuenta de qué era lo que había llamado su atención y empezó a reaccionar.

_¡Oh! Qué es eso?_ preguntó Neon señalando el estetoscopio de Leorio.

«Es tan tonta que no sabe que es un estetoscopio». Pensó kurapica.

El joven omega de nombre Leorio se dio cuenta de la curiosidad de la hermosa chica y amablemente quiso explicarle de aquel objeto el cual había llamado su atención.

_Señorita déjeme explicarle, eso es un—¡Papi! Lo quiero_ interrumpió a Leorio, señalando el objeto_ Quiero llevarme eso a casa.

La cara de Leorio lo podía decir todo, algunos nobles eran unos malditos engreídos y eso lo hizo enojar mucho

_Te compraré uno Neon, será luego de que termine la fiesta._ Le dijo su padre. Tratando de calmar la situación.

Kurapica empezó a pensar que hasta su padre se aburría de ella, y cómo no estar fastidiado por tener a una hija tan caprichosa, pero tenía que conformarse, el educó a esa niña tal y como era.

_¡NO! ¡Yo quiero ese_ hizo unos tontos pucheros y Leorio se aferró a su estetoscopio.

_Pequeña, mira, esto lo necesito porque estudio medicina y…

_Tu cállate, si yo digo que lo quiero es porque tú tienes que dármelo_ Le reclamó fingiendo superioridad. El rubio príncipe empezó a cabrearse y le reclamó a Neon.

_Qué no escuchaste a tu padre, eres una malcriada y maleducada_ El padre de la niña lo miró y el rubio le habló molesto.

_Señor, no puede dejar que su hija se porte de esta manera, y sobretodo frente a invitados de otros reinos.

El hombre pareció entender por un momento y le ofreció amablemente a su hija

_Neon, qué te parece si hablamos de esto luego._ Le insistió su padre.

_No quiero.

Ging se acercó al igual que otros invitados que miraban curiosos el espectáculo que hacía la pequeña.

_¡¿Qué pasa aquí?!._ preguntó el omega mayor de forma “calmada”, haciendo que todo el salón entre en un profundo silencio.

Observó todo y no dudó en colocarse al lado de Leorio.

_Mocoso, dime qué pasó_ se inclinó al lado de Leorio, quien aún seguía aferrado a kurapica

_Este joven se rompió una pierna y aquella niña quiere llevarse mi estetoscopio._ susurró bajito.

Ging mostró un claro disgusto al ver a Neon. La niña no era muy bienvenida en su hogar, pero por insistencia de Gon tuvo que considerarlo, a él tampoco le caía muy bien que digamos. Los únicos críos que se permitía apreciar en su vida eran Gon, kurapica y Leorio. Sin hacerse muchos problemas frunció el seño y se dirigió a la joven.

_Neon, da el buen ejemplo y déjate de tontos berrinches- le reclamó - Una vez que Nazca tu hermano dejaras de ser la preferida, entiendo pero, no es tiempo de hacer esto frente a todos… y mucho menos en la ceremonia de mi hijo_ Exigió molesto ante la mala mirada de la joven.

MI PRÍNCIPE ERES TÚWhere stories live. Discover now