Put a little love on me

Start from the beginning
                                    

—Eres mi novia ¿de acuerdo? —hice énfasis en el mi—. Y estoy celoso, solo quería... ya sabes, dejar en claro que estamos juntos.

Fruncí el ceño, con la sensación extraña de aquel sentimiento que nunca había surgido en mí.

—Los celos son nuevos para mí, nunca tuve la necesidad y no sé manejarlos, lo siento —me sincere—. Pero tengo este sentimiento de querer mostrarle al mundo lo que somos y más si se trata de hombres que quieren salir contigo.

Me detuve en un semáforo y la miré, una pequeña sonrisa se formó en mis labios al notar que mis palabras le gustaban tanto como le molestaban.

—Vamos mi amor, no te enojes conmigo —me incline hacia ella deseando besarla y se hizo hacia atrás—. No lo vuelvo a hacer, al menos que me lo pidas.

Sus mejillas se tornaron de un intenso rojo y dejo un rápido beso en mis labios al tiempo en que el semáforo cambiaba a verde.

—Solo conduce —se acomodó en el asiento e hice lo mismo y me mantuve siguiendo las direcciones que ella me daba.

Cuando llegamos a la tienda tome su mano y agradecí que entrelazara nuestros dedos. Un mundo de vestidos se hizo presente, colores, telas y brillos. Venimos a recoger su vestido de graduación, a pesar de que era en dos semanas tenía que asegurarse que no necesitara más arreglos.

Tome asiento en un sofá color marfil en un extremo del lugar, tome su bolso y espere pacientemente a que ella se lo probara, hace un mes había venido a buscarlo junto a Julia, su mejor amiga y a pesar de que moría de curiosidad por verlo tuve que conformarme con que me dijera el color para buscar un traje a juego.

Mire con atención el lugar, sabía que era una de las mejores tiendas para conseguir vestidos de este tipo y no dude en dárselo como parte de su regalo de graduación, me costó cerca de una hora que entendiera que el dinero no importaba, incluso si quería el vestido más caro de la tienda se lo daría.

Tome la copa que me ofrecieron al tiempo en que recordaba la satisfacción cuando Tara me dijo que el vestido costaba algunos miles de libras y los tacones la mitad del vestido porque también me había asegurado de que le mostraran los más caros y que no le dijeran el precio.

Media hora después salía con brillo en sus ojos que hizo mi corazón latir con fuerza y una sonrisa que intentaba ocultar mientras un muchacho venía detrás de ella con una gran bolsa que contenía el vestido y otra con los zapatos.

—¿Te gusto? —dejé que el chico acomodara el vestido en los asientos de atrás del auto mientras ella envolvía sus brazos alrededor de mi cuello.

—Me queda como un guante —sonreí.

—No puedo esperar a verlo —la voz del chico nos hizo separarnos.

Amelia escucho con atención las indicaciones que le daba, le dimos las gracias y abrí la puerta del auto para ella.

—Mi traje está listo, iremos por el —una sonrisa se formó en sus labios, por alguna razón ella había pensado que terminaría buscando algo a última hora, lo había visto en sus ojos cuando una noche mientras hablábamos por videollamada le había dicho que no se preocupara.

Tara había conseguido una muestra de la tela de su vestido para buscar un color similar, teníamos que combinar.

Tenía a alguien de confianza que se encargaba de mis trajes y su boutique quedaba a algunas calles, ambos bajamos y mientras ella miraba con atención el lugar me acerque a la asistente que ya me esperaba con mi traje dentro de una funda y con una gran sonrisa.

Tome todo y camine hasta Amelia que se encontraba en la mirada clavada en su celular, me miro hasta que estuve frente a ella y levante una ceja.

—¿Listo? —asentí, mirando como apagaba el celular y lo guardaba en su bolsillo.

Before we fall; n.h.Where stories live. Discover now