Una canción no fue suficiente [✓]

22 | «¿Eso me convierte en tu musa?»

Al abrir la puerta Camille le sonríe y me saluda a mí agitando su mano por encima del hombro de él.

—Eri está desayunando en la cocina, dijo que te espera ahí —informa dejando a Liam salir de la habitación—. Estuvo bien toda la noche, nada de qué preocuparse.

—Muchas gracias, Camille.

—Lo hice con gusto —suelta ella y señala hacia el pasillo—. Debería irme, Sam, nos vemos luego.

—Adios —digo y me dirijo a la cama.

Saco mi celular de debajo de la almohada y le texteo a Eri.

Lanzo el celular encima de la cama sin cuidado y me encamino al baño. Mientras me ducho en mi cabeza dan vueltas más recuerdos de mi adolescencia, Liam ha desbloqueado algunos y esos desbloquearon otros más y así hasta generar una cadena.

Cuando el agua fría comienza a caerme encima me percato de todo el tiempo que he pasado bajo la ducha. Cierro el grifo, me envuelvo en la toalla de corazones a juego con la de Eri y salgo del baño. Al sentarme en la cama noto la luz que se enciende y se apaga en el notch de mi celular y me apresuro a agarrarlo.

Al leer el mensaje de Eri y su apuro me visto con toda la rapidez del mundo y salgo de la habitación secándome el cabello con la toalla. Ella abre los ojos como platos al verme entrar en la cocina y luego se pone a buscar algo en su celular.

—No me gusta nada esto —suelta.

Tiene todo el derecho del mundo de estar molesta, no le consulté si quería venir a casa de Liam, ni siquiera le avisé, simplemente nos trasladamos y ya.

—Estamos aquí porque Joaquín...

—Exactamente a él me refiero, Joaquín me llamó esta mañana enojado porque tú lo bloqueaste y porque me había escrito antes y yo no le contesté.

—¿Te llamó? —mi ceño se frunce.

Joaquín es de esas personas que se lleva mejor con el teclado que con la voz.