Maldito contra su voluntad, Harry hizo lo mejor que pudo hasta que se encontró, de nuevo, vagando por el reino de la Muerte. Cuando la Muerte le ofrece una segunda oportunidad, una oportunidad para corregir los errores ante los que había estado cieg...
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Nunca Es Del Todo Perfecto
"Entonces", dijo Sirius una vez que se hubieron instalado en el Leaky con su comida, "¿Petunia te dejó hacer algo divertido?".
Harry se lo pensó un momento mientras mordisqueaba su tostada. "No estoy seguro de que 'dejar' sea la palabra adecuada", admitió. "Puede que una vez aprovechara o no para echar polvos pica-pica en la colada, y siempre escondía el mando de la tele para que Dudley lo buscara". Lo cual, bueno, lo de la colada venía de esa otra realidad, pero le había escondido el mando a Dudley todo el rato.
Sirius resopló. "Bueno, es una forma de vengarse de ellos por ser excusas lamentables para la humanidad", decidió antes de sacudir la cabeza. "Pero no es realmente divertido en el sentido al que me refería. ¿Nunca pudiste jugar a la pelota o algo así?"
"Eso suponiendo que alguna pelota sobreviviera a Dudley más de diez minutos", replicó Harry con sorna y Sirius hizo una mueca de dolor. "Pero no, en realidad nunca jugué con ningún juguete ni nada parecido. Bueno, tenía un soldadito y una vez conseguí robar papel para dibujar, pero los dibujos se fueron a la papelera cuando tío Vernon los encontró."
Harry hizo una nota mental para que Sirius no se enterara de cuántas veces se había roto un hueso por culpa de Vernon, porque su padrino parecía estar pensando en unirse a Voldemort sólo por la oportunidad de torturar a los Dursley.
"¿Qué te gustaba hacer para divertirte cuando tenías mi edad?" preguntó Harry, pensando que era una buena forma de distraer a su padrino de sus pensamientos asesinos.
Sirius aceptó agradecido la distracción y se explayó sobre varios juguetes y juegos mágicos, la mayoría de los cuales Harry conocía de pasada por haber ayudado a Andrómeda a criar a Teddie y por haber pasado tiempo con varios Weasley con hijos. También mencionó los nombres de sus primos y su hermano, todos los cuales Harry conocía, pero preguntó de todos modos, ya que habría sido de esperar.
La conversación les llevó hasta el desayuno y a casa de Madam Malkin. Madam Malkin insistió en que Harry no era el único que parecía necesitar ropa nueva. (Lo cual, en opinión de Harry, no era inexacto, porque la túnica de Sirius le colgaba demasiado holgada, gracias a su estancia en Azkaban).
A la ayudante de Malkin le quedaban demasiado holgadas las ropas de Dudley de Harry, sobre todo porque Sirius había insistido en que Harry llevara ropa interior además de la túnica, así que le pidió que se quitara la camisa. Harry iba a tener que hacerlo de todos modos, ya que de ningún modo iba a pasearse por el callejón Diagon vestido de muggle, así que se encogió de hombros y así lo hizo.
"Es un anillo interesante", comentó Sirius. Estaba claro que el hechizo "Notifícamelo" había desaparecido. Ya me lo imaginaba.
Harry alargó la mano y rodeó el anillo con los dedos, intentando encontrar una explicación a su existencia. Ah... Le ofreció a Sirius una sonrisa insegura. "Lo encontré en el jardín. No quería que nadie me lo robara, así que me lo quedé".
