CAPÍTULO 13

292 30 0
                                    

Me reúno con Zach en el almuerzo poniéndolo al tanto de los últimos acontecimientos. Se pone hacerme pucheros llorones cuando le digo sobre la orden del Coronel. Sé que mi “jueguito” (o lo que sea que tenemos) con el susodicho no es cien por cien de su agrado, pero como siempre me apoya sin hacerme sentir mal. Le pido que cocine para mi una última vez y accede más animado.

    Mi tarde se basa en entrenamiento duro y prueba de armamento ya que gracias a Dios Christopher no salió de su Oficina en todo el día. Cuando llego a casa en la recepción me entregan las llaves de mi auto el cual llega con días de atraso, agradezco y subo hasta el Penthouse con Zach advirtiéndome que revise el coche para no llevarme ninguna sorpresa.

  A las 7:30 me encuentro en toalla de camino a abrir la puerta mientras canto a todo pulmón Fire World de Katy Perry. Christopher me espera del otro lado vestido de forma casual con su aura de machista empoderado.

  - Adelante, estás en mi casa -«así no es el dicho, pero me vale verga».

  - Tienes una forma bastante extraña de recibir a tus invitados -suelto una risita ante el comentario, siento un olor medio que a quemado y grito.

  - ¡Zach la carne se te quemaaa! -lo oigo maldecir y sale corriendo en bóxers hasta la cocina.

  - ¿Es que ustedes no conocen la palabra ropa? -inquiere el Coronel mosqueado, Zach me sonríe coqueto y le guiño el ojo.

  - Voy a vestirme -anuncio.

   Corro escalera arriba hasta mi habitación, agarro lo primero que encuentro, al mirarme en el espejo veo que parezco Mavis de “Hotel Transilvania”. Contenta con el resultado voy hasta la habitación de mi amigo para cogerle una playera. Bajo volando las escaleras dirigiéndome a la cocina. Christopher esta sentado en uno de los taburetes con la atención en el móvil mientras Zach termina la comida con un delantar negro de calaveras blancas amarrado a la cintura, eso y el bóxer son las únicas prendas que lo cubren.

  - Tapate -le lanzo la playera. - No me gusta que andén mostrando mi mercancía.

  - ¿Tienes todo listo? -pregunta Christopher y asiento. - Vámonos.

  - Aún no eh comido.

  - Comeras allá -demanda.

  - Comeré aquí -me cruzo de brazos. - Y tú también -agrego, toma aire unas cuantas veces llenándose de paciencia y se vuelve a sentar.

  - ¿Todo bien por ahí? -abrazo a mi amigo desde atrás y me da a probar. - Delicioso. Menos mal no se te quemó -tomo lugar al lado del Coronel.

  - ¿Sabes lo que me recordó? -pregunta Zach pensativo y niego. - ¿Recuerdas esa vez que quisiste hacer una fogata al estilo de los indios...?.

  - Y se quemaron las flores de Sofía -completo riendo.

  - Casi te mata -asiento recordando a mi madre echa una furia.

  - ¿Recuerdas al Sr Robinson? -le pregunto de vuelta y Christopher me mira confuso. - El Sr Robinson era nuestro pollo mascota.

  - El cual pasó a mejor vida cuando a Poe se le ocurrió la brillante idea de cocinarlo en la fogata -se ríe mi amigo.

  - Quedó horrible -hago una mueca de asco.

  - Descansa en paz Sr Robinson.

  - Descansa en paz -repito.

   Se sirve la comida y las únicas voces que se sienten son la de mi amigo y mía. Hera sale corriendo de quien sabe dónde ladrandole a Christopher. Le ordeno sentarse y se va a una esquina mirando de manera receloso al hombre que para ella es un extraño.

  - Tu perro es muy raro -comenta con desconfianza refiriéndose a la raza.

  - Eso es porque no es un perro -alza una ceja. - Es un lobo.

    Apolo sale a jugar con su hermana y está lo sigue. Terminamos de comer y llevo los platos al lavavajillas frotándome la pansa.

  - Si algún día me caso será contigo, definitivamente no imagino una vida sin tu comida.

  - Yo estoy más que de acuerdo con eso -dice Zach con aire coqueto. - Aunque se que es más por mi cuerpo que por mi comida -estallo en una sonora carcajada.

  - Claro, sería un delito no admirar tu sexy figura -me abraza por detrás y Christopher nos mira mal.

  - Te propongo un trato. Si tienes 4 hijos míos te cocinare toda la vida -propone.

  - Joder macho -imito su asento español. - ¿No es el precio un poco alto?.

  - Mmm... la mitad -reconsidera.

  - 2 bebés marchando -se ríe y le beso la comisura de los labios. - Me voy -agarro mi mochila del sofá y llamo a Hera para ponerle la correa. Vuelve a gruñirle al Coronel.

  - ¿Te cae mal ese señor preciosa? -le habla mi amigo a mi mascota con voz ñoña mientras le frota la pansa. - Ya somos 2 -susurra haciéndome reír.

  - Tienes que dejar que te olfatee -le digo a Christopher. - Quédate quieto -le digo cuando Hera lo rodea olfateandolo. - Adiós Guapo -me despido de Zach y le froto la cabeza a Apolo.

Dark Obsession (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora