— No, no, no, me estoy muriendo de amor. —un chillido de emoción escapó de los labios de Sol al ver a Olivia con una camiseta de Argentina que portaba el 24— ¿Cómo vas a ser tan hermosa? —cuestionó haciéndole cosquillas en el estómago, provocando la risa de la nena y su madre. Con una sonrisa dulce, la menor de los Agüero tomó a Olivia en sus brazos cuando esta estiró los suyos indicándole que quería ir con ella.

— Preguntaría si gritaste mucho, pero las historias de tu sobrino y lo que veíamos nosotros desde el palco es suficiente para saber que la re viviste, tenes las cuerdas vocales en la miseria Sol.

Ante las palabras de Valentina, Benjamín ahogó una carcajada— Y eso que no estabas al lado, creo que me dejó sordo de un lado.

— No seas... —aclaró su garganta, porque de a ratos su voz tendía a desaparecer producto de la disfonía— No seas exagerado Benjamín, ¿mira si voy a ir a la cancha y no me la voy a pasar gritando? —se encogió de hombros, sonriendo al ver que Olivia miraba con atención los brillos que ella tenía en sus pómulos— Lo único que me preocupa es que, si así me alteré con un amistoso, no me quiero imaginar como voy a estar en Qatar, espero que tengan buenos hospitales porque en una de esas la quedo seguro, me va a dar un pico de presión.

— Ya es costumbre para nosotros sufrirla siempre, te conviene ir preparando el tensiómetro Sol —comentó Camila, la pareja de Mac Allister con una sonrisa divertida, provocando la risa de las demás al ver la expresión devastada de Sol.

Las chicas se quedaron hablando de lo que podía venirse en el mundial unos minutos más hasta que comenzaron a escuchar voces y ruido, y segundos más tarde salieron por puerta del vestuario los jugadores de la Scaloneta. Sol le entregó la bebé a Valentina para que Enzo pudiera saludarlas a ambas mientras ella se acercaba a su hermano y Benja que felicitaban a Lionel.

— ¡Felicidades Lio! —exclamó Sol, lanzándose a los brazos del jugador que la recibió en un abrazo afectuoso.

— Gracias Sol, ¿disfrutaste del partido? Anto me dijo que no ibas a estar en el palco con ellos hoy.

La chica de ojos chocolate asintió— Preferí mirarlo en las gradas con los demás, Benja se quedó conmigo, así que los dos nos metimos entre los demás hinchas. —gracias a la disfonía el timbre de su voz estaba bastante diferente al de siempre.

— Gritaste un poco ¿no? —cuestionó Lionel soltando una risita.

— Me dejó el oído en la miseria padrino.

— Desde el palco la veíamos saltar y cantar, en una se puso a saltar con la chica que tenía al lado, cualquiera le viene bien a ella mientras la sigan en la locura.

Ante las palabras del Kun, Messi sonrió divertido— Está bien Kun, vino a pasarla bien y era obvio que iba a pasar eso, ya sabes cómo se pone ella en los partidos.

— Completamente desquiciada. —murmuró Benjamín, provocando la risa de los demás mientras el Kun alzaba su mano para chocar los cinco con su hijo.

— Ya me vas a venir a pedir algo vos, que te lleve a algún show o que te ayude con algo para el colegio. —hizo una pausa, sacándole la lengua a su sobrino con diversión— Me voy a saludar a los demás, que me tratan mejor que mi familia. —finalizó dando media vuelta de forma dramática, sonriendo al oír las risas de su familia. Su mirada chocolate se paseó entre los jugadores hasta que se posó en una figura que estaba un poco al costado, su bolso a sus pies y la pantalla de su teléfono frente a él, al parecer estaba hablando por video llamada.

Con suavidad, Sol se acercó, felicitando en el camino a los demás jugadores que la saludaban hasta que llegó al chico justo cuando parecía despedirse de las otras personas. Al alzar su mirada del teléfono, una sonrisa floreció en los labios del cordobés cuando sus ojos chocolate chocaron con los vivaces de Sol.

DAYLIGHT | julián álvarezWhere stories live. Discover now