— Sentate si querés Sol, no está ocupado. —Valentina señaló el asiento a su lado, y rápidamente Sol se sentó, sin soltarle la mano a la bebé que continuaba jugando con sus anillos— Enzo me contó que ahora formas parte de la organización, sos la encargada de la cuenta nueva ¿no? No tenes idea de lo que me reí con el video de las banderas por favor, terminé llorando de la risa.

Una sensación cálida se extendió por su pecho al escuchar esas palabras— No tenes idea de lo mucho que necesitaba escuchar algo como eso, te juro que todavía no me animé a ver los comentarios del post.

— Deberías leerlos porque a muchos les gustó la idea de verlos de esa forma, hasta vi algunos comentarios donde tiraban ideas para futuros retos. —Valentina sacó su teléfono buscando algo en su galería y cuando lo encontró, giró la pantalla para que Sol pudiera ver— Mira, hasta ya empezaron a circular edits en tiktok, fuera de joda les encantó y se nota que ellos la pasaron bien, Enzo mismo me dijo que se sintió re cómodo Sol.

— Te juro que estoy a nada de abrazarte Valentina. —la muchacha soltó una carcajada al ver lo emocionada que Sol se encontraba, Olivia que seguía sentada a upa de la madre las observó con curiosidad— Estaba cagadísima porque no quería incomodarlos, y como no los conozco demasiado todavía no sabía como iban a reaccionar.

— Podés decirme Valu, Sol. —le aclaró con una sonrisa— Y por lo que Enzo me contó a todos les gustó, dijo que Julián terminó bastante contento y en el video se lo notaba muy relajado, no sé si viste otras entrevistas de ellos de cuando estaban en river, pero por lo general Julián siempre está incómodo en esas cosas. —Sol asintió, recordando las entrevistas y videos de Julián que había visto para tratar de ver como se comportaban en esa clase de cosas y así ver que hacer y que no con todos ellos— Cero dudas de que estás haciendo las cosas bien y se re nota, así que tranqui.

Fue entonces que Olivia comenzó a removerse entre los brazos de Valentina, quejándose hasta que comenzó a llorar, y ni siquiera el peluche que Valentina le tendía ayudaba a parar el llanto de la nena. Al ver esto, Sol agarró su mochila y sacó uno de los paquetes de galletitas que había traído porque durante los partidos, principalmente en el entretiempo, muchas veces le daba hambre.

— ¿Puede comer estas galletitas? —preguntó alzando el paquete en su mano derecha, que al parecer había llamado la atención de Olivia que había dejado de llorar. Cuando Valentina asintió con su cabeza, Sol sacó una galletita tendiéndosela a la nena— Toma Oli, te re entiendo hermosa, a mí también me dan hambre los partidos. —le guiñó un ojo, para luego tenderle el paquete de galletitas a Mateo y Ciro que andaban dando vueltas, robándole una sonrisa a Valentina al ver lo buena que Sol era con los nenes.

— Tía, ¿tenes las otras de chocolate? —Mateo se apoyó en las piernas de Sol, haciendo un puchero para tratar de conseguir lo que quería.

— Puede ser... —la chica se hizo la que pensaba, sonriendo al ver como Mateo se emocionaba— Si me das un abrazo de oso puedo llegar a hacer aparecer un paquete para ustedes. —una risa escapó de los labios de Sol y Valentina cuando Mateo se tiró sobre la chica, abrazándola con fuerza mientras decía "Porfa, porfa, porfa tía"— Me parece que te las ganaste, no te las vas a comer todas vos solo que vas a terminar descompuesto y tu madre me mata, compartilas con los demás. —asintiendo, Mateo se bajó de sus piernas y tomando el paquete corrió hasta Antonella para que se lo abriera.

Luego de eso Sol y Valentina se quedaron charlando hasta que el partido dio inicio, hablando de Olivia y lo difícil que era a veces viajar con ella por ser tan chiquita, hablando del partido, de la oportunidad que Scaloni le estaba brindando a los más jóvenes, y también del Mundial y las chances que algunos jugadores tenían de ser reclutados, entre ellos los más nuevos como Enzo, Julián o Alexis. Cuando la voz que resonaba por los altavoces indicó la entrada de los jugadores, todos los que se hallaban en el palco se pusieron de pie, incluso Olivia se paró frente a Valentina, aferrada a sus piernas observando por el cristal como ambos equipos ingresaban a la cancha. Cuando el himno estaba a punto de comenzar, Ciro se paró a un lado de Sol y con una sola mirada de su parte la joven supo lo que él le estaba pidiendo, alzándolo en sus brazos sin demasiados problemas.

DAYLIGHT | julián álvarezWhere stories live. Discover now